Terraplanistas/terraplanistos: Les escribo estas líneas para -por una parte- expresarles mi más profunda preocupación por su integridad física y para -por otra- ofrecerles algunas teorías de cosecha propia que podrán adjuntar -si lo desean- a su escalofriante y ultra-super-mega-hiper-maxi fundamentada neo-teoría cósmica. Pero, como dijo ‘Jack, el destripador', ¡vayamos por partes!
Integridad física.- Desde estas páginas les recomiendo, encarecidamente, que no viajen… Sobre todo en barco. No vaya a ser que accedan al fin del mundo y se caigan en la inmensidad del universo. Aún recuerdo -sirva de analogía- la profunda impresión que me produjo en mi niñez la caída -y posterior rotura- de un soldadito de plomo que deambulaba, ¡marcial él!, sobre la mesa de la cocina y sobrepasó los lindes de la misma… Rehúsen, igualmente, trenes, coches, patinetes, bicicletas y sistemas de transporte parecidos. Dado el «terraplanismo» lo único válido sería, probablemente, el avión…
Porque –créanme- lo del «Titanic» no se contó bien. ¿Un iceberg? ¡Y una mierda! Lo que le ocurrió al «Titánic» fue que llegó al borde, al límite, at the end of the world, y, ¡natural!, se la pegó. De hecho, un extraterrestre que viene a visitarme cada lunes -preferentemente cuando estoy resacoso- me comentó el otro día que el buque anda por ahí tirado, en la inmensidad del todo, olvidado y deprimido…
¡Y es que nos engañan como a chinos, a pesar de que los chinos, de tontos, poco! ¿O no?
¡Ah! ¡Y ni se les ocurra viajar al Polo Sur! (¿Existirá?)¡Sería como tentar a la suerte, algo absolutamente temerario!
Nuevas teorías.- En otro orden de cosas les rogaría, igualmente, que dieran publicidad a algunas teorías personales: A.- La Tierra no gira sobre su propio eje cada veinticuatro horas. ¡Otra falacia! Una mentira urdida por las malévolas farmacéuticas para que nos sintamos psicológicamente mareados y consumamos mayor número de «biodraminas»… B.-El Sol. ¿Y qué me dicen del Sol? A nadie se le oculta ya que en realidad se trata de la yema de un enorme huevo frito… C.- ¿Será la Tierra un CD y el Triángulo de las Bermudas su agujerito central? ¡Uf!
Mientras tatareo la conocida canción de los «payasos de la tele», «había una vez un circo…» (¿por qué será?), brota en mí un agradecimiento inconmensurable, señoras y señores terraplanistas/terraplanistos, por su valentía al abrirnos finalmente los ojos! ¡Estoy tan conmovido por su excelsa inteligencia! ¡Por la solidez de sus argumentaciones!
¡Sigan! ¡Sigan! ¡Se lo ruego!
Finalmente, les invito a que se unan a todos esos negacionistas de las vacunas (esas que han salvado vidas y minimizado efectos), a las mujeres (que no feministas reales) que promueven la prohibición de los helados por poseer connotaciones fálicas, a las que defienden el acoso y derribo de los gallos por violadores, a las/los… La lista sería interminable. Podrían así formar, incluso, un nuevo partido político que, visto lo visto, no desentonaría en exceso con los que ahora padecemos. Únanse, sí, a tanto -¡con perdón!- lelo que anda por ahí y que medra y que tiene incluso fervientes seguidores aborregados, bajo el esperpéntico decorado de un país metido a auténtico manicomio… Un manicomio en el que se produce, en palabras de Josep Lobera, lo siguiente: «Rechazo de la ciencia y los expertos, narraciones maniqueas que explican lo complejo en tiempos de incertidumbre, entronización de la opinión propia por encima de todo, desprecio hacia los argumentos que la contradigan, difusión de falsedades gracias a los algoritmos de las redes... Está todo ahí. (El terraplanismo) Es el caso más extremo, el más puro…». Pues eso…
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P.S.- A la hora de cierre me informan de que una «iluminada» acaba de declarar que el piano debería de estar proscrito, ya que existen mujeres cuyo nombre de pila es Tecla… ¡Ya tienen, señoras y señores terraplanistas/terraplanistos otra posible asociada! ¡No darán abasto!