El menú consiste en garbanzos con bacalao y espinacas de primero, callos de la casa de segundo y postres asturianos. Desde Can Pota comentan que la tradición consiste en acabar la comida con arroz con leche, pero que ofrecerán una alternativa para los reticentes a este postre: casadiellas de nuez y almendra. Pereira avisa que «no es un menú para irse luego a trabajar», sino más bien para reposar y hacer una buena digestión.
La idea de las primeras Jornadas del Desarme de Can Pota es dar continuidad a las jornadas asturianas celebradas el año pasado con magníficos resultados. El desarme se solía celebrar en Oviedo el día 19 de octubre, pero con el tiempo se ha ido ampliando en el espacio, a otras ciudades, y en el tiempo, durante varios días. «Allí se lleva muy fuerte», comenta Pereira.
Se comenta que el origen del desarme se remonta a la Primera Guerra Carlista (1833-1840), en la que hubo algunos episodios en que uno de los dos bandos en liza quedó desarmado después de ser agasajado por el otro con un menú que invitaba más al sueño que al ejercicio bélico, dejándolo de este modo sin capacidad de reacción.
Otra idea que se ha defendido más recientemente es que el desarme se remonta a 1876, como celebración en Oviedo del fin de las hostilidades en las que participaron todos los soldados.
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