El número de afiliados en el epígrafe de servicios de mantenimiento y jardinería –sobre todo para atender segundas residencias– ha aumentado un 9,7 % en un año y casi un 14 por ciento en los últimos cinco.  | Katerina Pu

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La creciente dependencia del sector servicios en el mercado laboral menorquín se está extendiendo también a los meses de invierno. Actividades con una larga tradición en la Isla como la industria y el campo van perdiendo peso inexorablemente en la economía insular no solo durante la temporada turística, sino también  cuando se desploma la afluencia de visitantes. Una comparación paradigmática para explicar el fenómeno: entrada la temporada baja, al cierre del mes de noviembre, ya se pueden contabilizar más personas dedicadas a los servicios de mantenimiento y jardinería –sobre todo de chalés– que a todo el sector primario. Por primera vez a estas alturas del año hay más jardineros que payeses.

Los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social, publicados esta semana, elevan el número de trabajadores menorquines dados de alta al término del mes de noviembre a un nivel récord, 29.912, 744 más que el año pasado, un aumento del 2,5 por ciento. Pero un análisis de la evolución del empleo por sectores arroja diferencias significativas. Por seguir con el mismo ejemplo, el número de trabajadores dedicados estrictamente a la agricultura y ganadería, caza y servicios relacionados (728) se ha incrementado en el último año apenas un 1,4 por ciento, mientras que el número de empleados y autónomos del ramo de los servicios a edificios y jardinería (860) lo ha hecho cerca de un diez por ciento.

Sector del alojamiento

El mayor crecimiento interanual de entre los grandes motores de la economía insular, no obstante, se ha registrado en el sector del alojamiento turístico, donde hay 1.100 afiliados (un 12,8 por ciento que hace un año), lo que muestra una tendencia a la desestacionalización de esta actividad que, en cambio, no se traslada en términos laborales ni al comercio minorista ni a la restauración, que no presentan cambios significativos.

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Al término del mes de noviembre el registro de afiliación a la Seguridad Social muestra un incremento significativo, del 12,8 por ciento, en el sector del alojamiento, seguramente vinculado a la vuelta del Imserso en este arranque de la temporada baja. Sin embargo, la afiliación en los restaurantes apenas crece un 0,3 por ciento.

Grandes sectores

Entre los grandes sectores –los que agrupan a un número significativo de trabajadores menorquines– que presentan una evolución positiva en el número de afiliados llama la atención el aumento del 10,4 por ciento en el número afiliados dedicados al transporte –tanto el terrestre, como el marítimo– y al almacenamiento, así como al comercio al por mayor. También se eleva la afiliación en actividades jurídicas y contabilidad y actividades administrativas y auxiliares de oficina.

En el otro lado de la balanza se sitúa el caso de las actividades industriales, que no solo reducen su peso específico en el tablero laboral menorquín, sino que directamente pierden músculo laboral a un ritmo preocupante para el objetivo de mantener un cierto grado de diversificación en la economía insular. En el conjunto de la industria manufacturera hay dados de alta 2.875 residentes, casi un cinco por ciento menos que hace un año. También ceden terreno otras actividades de carácter industrial como la reparación de vehículos.

Capítulo aparte merece la construcción, donde se ha registrado un incremento interanual de afiliados del cuatro por ciento, casi 180 trabajadores más tanto por cuenta propia, como por cuenta ajena. La mayoría, el 56 por ciento, de los 4.607 inscritos en este ramo de actividad se dedica a la construcción de edificios de cualquier tipología, mientras que las actividades de construcción especializada agrupan a casi el 40 por ciento. Muy minoritario –y a la baja– es el número de inscritos en la llamada ingeniería civil, hay apenas 181, once menos que en 2023.