El progenitor critica que ningún miembro del profesorado controlaba lo que ocurría en el patio ni tampoco que impidieran al agresor continuar asistiendo a clase mientras su hijo abandonaba el instituto dolorido sin que ningún responsable le llevara al centro médico pese a las huellas que los golpes le dejaron en su rostro.
El jefe de estudios le llamó para informarle minimizando el incidente «y me dijo que no tenía por qué informarme de las consecuencias». Le añadió que si quería quejarse enviase un mail, empleando una actitud que estima chulesca. En un segundo contacto con el centro «siguió diciéndome, simplemente, que ya actuarían».
El padre critica la falta de protocolo en una agresión como esta y se muestra indignado con el jefe de estudios y todo el personal directivo. Pasados tres días, indica, el agresor seguía asistiendo a clase. Destaca, en cambio, que la Conselleria de Educación hizo lo que debía y actuó de inmediato. Se han iniciado los protocolos establecidos en estos casos, informó este jueves la propia conselleria a este diario.