MENORCA - CALZADO - Resistencia y calidad. El sector del calzado lanza la marca Menorca Shoes en un contexto de fortaleza pese a la bajada de la producción. Las ventas de abarcas generaron unos ingresos de 6,6 millones de euros el año pasado. | ARCHIVO

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La crisis de la industria menorquina no da ningún síntoma de haber tocado fondo, al menos en lo que se refiere a su capacidad de generar puestos de trabajo. Las cifras de afiliación a la Seguridad Social al cierre del mes de noviembre vuelven a ser elocuentes al respecto. El número de trabajadores –se incluyen aquí tanto los autónomos, como los empleados– se sitúa ya entrada la temporada baja en 2.875, 149 menos que hace un año, un descenso de casi un cinco por ciento que responde principalmente al desplome del número de empleados dedicados a un sector con tanta solera como el del cuero y el calzado.

En un solo año, en relación al final de noviembre de 2023, el número de trabajadores de alta en este sector ha caído un 20,6 por ciento, mostrando una tendencia vertiginosa al descenso. A estas alturas del año –un momento de baja actividad– hay 466 afiliados. Hace un año eran 587. Es una pérdida de 121 empleados en un periodo muy corto de tiempo.

El del calzado es el caso más grave, pero no se trata de un ejemplo aislado. Todo lo contrario. En 15 de los 18 subsectores en que se divide el epígrafe de la industria manufacturera se ha registrado un descenso –o el estancamiento– del número de afiliados a la Seguridad Social y el único crecimiento mínimamente destacable es el de la fabricación de muebles, que en términos relativos gana un 10,7 por ciento de músculo laboral, aunque en números absolutos solo supone de un año a otro doce trabajadores más hasta un total de 124.