La asamblea en la que se votó el final de la marca electoral de izquierdas se celebró el lunes en Sant Diego | JPL

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Las formaciones de izquierda que integran el espectro político de Alaior aprobaron el lunes la disolución de la marca electoral, Junts per Lô, que las había agrupado en las dos últimas citas municipales. Ante el horizonte de la próxima convocatoria en 2023, la propuesta de disolución política a cargo de sus responsables fue aprobada por los presentes en la asamblea celebrada en Sant Diego, en la que también se determinó que Junts seguirá ejerciendo la oposición hasta el final del mandato y que la agrupación se transformará en una asociación popular.

La separación de Junts per Lô, consecuencia del doble desencanto electoral de 2015 y 2019, tiende a dividir la izquierda del municipio en dos bloques. Resulta evidente que el PSOE volverá a concurrir como fuerza única, aunque pueda establecer alianzas, mientras que Esquerra Unida, Podemos y Més podrían llegar a constituir otra coalición si así lo deciden sus bases. Es la propuesta que ya planteó en la asamblea, Josep Portella, de Esquerra de Menorca, «porque es lo que me dicta el sentido común; si se presentaran tres listas de izquierda perderíamos las elecciones y el camino unitario que hemos hecho estos últimos años».

El resto de formaciones deja en la opinión de sus bases el camino a seguir.

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El PSOE destaca que regresará al Ayuntamiento, «y si hemos de ir en solitario lo haremos encantados, aunque no descarto otras alternativas», sostiene su secretario general, Antoni Perea. «Deberán ser los afiliados quienes decidan pero el PSOE volverá a estar Dalt la Sala porque Alaior lo necesita». Para definir su posición primero habrá que aguardar al congreso insular del partido a final de este mes, y posteriormente, la renovación de la ejecutiva de Alaior, «por eso no podemos adelantar nada», indica Perea quien no considera un fracaso los resultados de la marca conjunta. «Ha sido una buena experiencia pero hay que mejorar aspectos». Y cree que esa misma experiencia «nos ayudará porque aunque vayamos separados ahora, cuando estemos en el Ayuntamiento nos necesitaremos».

Víctor Ferrer, de Més per Menorca, señala que su formación está abierta al diálogo «y sea con coalición de dos o de tres partidos, Més estará en las próximas elecciones». Ferrer admite que Junts «no ha funcionado» en el plano político «pero sí ha obtenido victorias en otros aspectos». En un comunicado la formación menorquinista estima que Junts ha sido «una herramienta fundamental y necesaria para frenar las nefastas políticas del PP», y un muro de contención «contra la falta de gestión, previsión y sentido común» del partido que gobierna.

Maria Camps, candidata a la alcaldía de Junts, ha explicado que la decisión de disolverla había sido largamente madurada «pero la pandemia nos impidió hacerlo antes». Opina que su funcionamiento «ha sido muy bueno excepto para llegar a la alcaldía, y ahora hay que ser pragmáticos y adoptar otra estrategia». Precisa que ha actuado con una «transparencia absoluta» y «fuimos el único pueblo que adoptó está fórmula conjunta pero la gente no lo entendió como pretendíamos».

Esquerra Unida, admite Josep Portella, valora «la pedagogía política» que ha sabido hacer Junts per Lô, además de crear un espacio de opinión y el respeto entre los partidos integrantes. No considera frustrantes los resultados electorales, que mejoraron los de 2011, aunque admite que hubo electores afines que no dieron su voto a Junts «porque estaban representadas ideas y personas que no les iban bien lo que permitió el triunfo del PP».