Los aspirantes a un amarre en Maó crecen un 24 % en un año

En 2020, a estas alturas del año, había 128 peticiones en lista de espera, una cifra de las más bajas desde que se implantó el nuevo sistema de contabilización en buena parte por la asignación, no del todo satisfecha aún, de los amarres contemplados en los muelles de la zona portuaria de Es Castell. Es decir, que una cantidad importante de los navegantes están fuera de la lista de espera, tienen una plaza asignada, pero aun no la pueden disfrutar. Desde entonces, el incremento ha sido de 31 solicitudes sin atender, una cuarta parte más aproximadamente.

Aún así, la cifra queda todavía lejos de las 193 peticiones en lista de espera que había hace dos años, cuando la expectativa de creación de nuevos puntos de atraque por parte de Autoridad Portuaria de Balears generó un incremento de la demanda, hasta el punto que entraron unas ochenta en tan solo un semestre.

Atrás quedan, eso sí, aquellas listas de espera con peticiones antiguas, incluso con más de una década de permanencia en la relación de pendientes de asignar. De las 159 barcas que aguardan un punto de amarre, 24 entraron su solicitud durante 2018 (la más antigua se registró el 9 de agosto de este año), 69 lo hicieron en el transcurso de 2019, 53 el año pasado y trece en el actual. Los amarres no se rigen solo el orden cronológico de entrada, ya que también se consideran cuestiones como las dimensiones de todos los elementos en juego para optimizar el espacio.