Joan Triay declaró en abril ante el fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach.

TW
26

El presidente de UPCM llevó el peso de la investigación política en los dos casos de corrupción denunciados en Ciutadella, pero la acción de la Fiscalía y el Juzgado no ha sido todo lo ágil que se esperaba. Aún así, Joan Triay Lluch todavía confía en que el pueblo recupere lo que se le robó.

Este mes hace diez años que se firmó ante notario la compraventa de la zona verde del Canal Salat y un poco más que se aprobó la permuta de la «joya de la corona» por el palacio Saura Morell. ¿No le parece que Anticorrupción ha tardado demasiado en actuar?
— Me parece que a la Fiscalía lo que le faltan son medios y personal para el impresionante número de casos que se ha detectado en Balears.

¿Pero no le frustra que también haga casi cinco años que se detuvo a los principales implicados del otro caso de corrupción, Citur, y aún no se disponga de la calificación de los hechos por parte del Ministerio Público?
— Como comprenderá, desearía que el caso Citur avanzara con mucha mayor rapidez, pero también entiendo las circunstancias de falta de medios de la Fiscalía y la enorme acumulación de casos. La ventaja del caso Citur es que, una vez iniciado el procedimiento, ya no hay prescripción que valga.

Usted ha sido el único político en prestar declaración como testigo, en la llamada Operación Pomada, ante el fiscal Horrach.
— Seguro que es porque presidí las comisiones de Nerer y Citur y, como me tocó redactar las conclusiones que votaron a favor UPCM, PSOE y PSM, conozco a fondo la materia.

En el caso Citur, donde ustedes ejercen desde UPCM la acusación particular, hay hasta 14 imputados, incluidos muchos técnicos municipales. Pero sorprende que no sea así de momento en el caso Nerer. ¿Por qué? Para poder aprobar las permutas hacen falta informes técnicos que las sustenten...
— Efectivamente, pero no todas las tasaciones están mal hechas, aunque algunas son de escándalo, como la de una parcela municipal que fue «cedida y transmitida» por 714.992 euros y que sus nuevos propietarios vendieron apenas ocho meses después por 1.800.000, consumándose con ello un fenomenal pelotazo urbanístico de 1,1 millones.

La Fiscalía llevó a cabo diversos registros en enero al sospechar que Avel·lí Casasnovas blanqueaba dinero a través de su hermana. Pero también están imputados los empresarios de un entramado societario y el exconstructor Ildefonso Vinent. ¿Cree que ambos ayudaron también a ocultar el dinero?
— No conozco los pormenores de la instrucción del caso, pero hoy en día es de dominio público que hay pruebas testificales de que Vinent pagó 450.000 euros en negro por un inmueble y de que Avel·lí Casasnovas intervino en la negociación de la compraventa con la inmobiliaria. Eso son hechos. Y pese a las excusas de Vinent, que con sus antecedentes ninguna credibilidad merece, nadie va a negociar una compraventa si no tiene un interés económico directo.

El presunto testaferro de Casasnovas, al que ya ha mencionado, dice que usted no ha demostrado nada y que es el único que le involucra, pese a que ha sido detenido.
— Pues me temo que no, porque por lo visto también le involucran la Fiscalía, el Juzgado y diferentes testigos. Es más, su propio abogado dijo que rectificaría su declaración ante el juez y también admitiría que pagó una parte de Es Roseret en negro. Verá, hasta se involucra él mismo cuando habla de prescripción, porque ésta presupone la comisión de un delito por el que ya no se pueden exigir responsabilidades, pero no porque no se haya cometido, sino porque ha expirado el plazo legal para que pueda haber una condena.

Noticias relacionadas

Vinent también le acusa, y no es la primera vez, de otras cosas...
— Estoy acostumbrado a que el personaje en cuestión difunda toda clase de medias verdades, mentiras completas y una serie de difamaciones puras y duras con las que se autoretrata, incluidas alusiones un poco miserables a mi padre, que en paz descanse y que no vienen a cuento en absoluto. Y aunque no voy a explicar lo que ya he aclarado en otras ocasiones, es falso que mi padre perdió llocs, vendió uno. Vinent tendría que haber aprendido que no es lo mismo vender que perder. Igual que precisaré por respeto a mi propia familia que, por mucho que Vinent se empeñe en mentir, no soy ningún gran empresario del sector de las canteras, sino que solo tenemos arrendados unos terrenos a una sociedad que explota la cantera y en cuyo capital social no tenemos ninguna participación.

Según él, se ha pagado al vendedor y a la inmobiliaria por confesar que parte de la compra de Es Roseret se hizo en negro.
— Sí pero en este caso, a diferencia de la calumnia que ha vertido contra un testigo, no pasa de la insinuación: dice que se ha pagado, pero no se atreve a decir quién se supone que lo ha hecho. Vinent intenta diluir su presunta responsabilidad con especulaciones y acusaciones a la ligera porque, si nos descuidamos, la culpa de que él pagara en negro será mía, de la inmobiliaria que medió en la operación o del vendedor, al que llega a calumniar abiertamente al decir que ha confesado que cobró en negro porque «alguien le habrá pagado por ello». Aunque es muy natural que alguien que miente compulsivamente no entienda que otros digan la verdad, acusar a alguien de cometer perjurio a cambio de un soborno constituye un presunto delito de calumnias. Pero el hecho de que el señor Vinent se comporte como un delincuente tampoco es nada nuevo.

Entonces, ¿no se da por aludido?
— Como Vinent reúna el valor necesario para atribuirme a mi esta calumnia le denunciaré de inmediato. Claro que de coacciones entiende mucho, tanto que cuando desde UPCM denunciamos la inmensa chapuza de las obras que hizo en la pirámide de Es Born, intentó presionarme de forma mafiosa en mi puesto de trabajo, y hay testigos.

Demostrar el blanqueo de dinero por su parte se antoja importante para evitar la prescripción de otros delitos que se imputan a Avel·lí Casasnovas. Así que Ildefonso Vinent interpreta que sin él no hay caso. ¿Qué le parece?
— Pues que por mucha importancia que quiera darse, la verdad es que ocupa un papel relativamente secundario en la trama y por eso no aparece en las principales conclusiones de la comisión de investigación, aunque sí en la posterior ampliación que aportamos a la Fiscalía. Así que, sin él hay caso porque no intervino en los principales hechos investigados. Es más, en contraste con la desmesurada importancia que se da, es curioso que después intente minimizar su relación con el expresidente del PP diciendo que ésta no era «comercial», cuando resulta que incluso se notificaba en la oficina de Vinent al menos un asunto comercial relacionado con Casasnovas: la licencia de venta de tabaco. Él sabrá por qué se notificaban precisamente en su oficina asuntos comerciales del entorno personal del expresidente del PP. Y también habría que preguntarse por qué dos extrabajadores de una de las sociedades de Vinent denunciaron que habían trabajado en unas obras ilegales para Avel·lí Casasnovas. Vinent es todo un experto en infracciones urbanísticas, aunque algunas de las suyas fueron encubiertas desde el Ayuntamiento por correligionarios del expresidente del PP que le protegían, hasta el punto de borrar toda referencia a él en un informe de inspección. También en una sesión de la Junta de Gobierno de la que yo formaba parte tuvo que retirarse una urgencia por indicación mía, al advertir que las tres sociedades que se proponía invitar en una adjudicación tenían todos el mismo domicilio social de la oficina de Vinent.

Apunta la comisión Citur que él fue uno de los grandes beneficiados por la contratación de obra pública de aquel Ayuntamiento...
— Con el gobierno PP-PMQ le llovieron adjudicaciones, algunas en circunstancias realmente curiosas. Y según dijo el adjudicatario, fue también el beneficiado de la condición que pusieron los responsables políticos del Ayuntamiento para otorgarle la subcontrata de obras en Can Saura. ¿Y quién era el responsable político de las áreas relacionadas con la obra? Avel·lí Casasnovas.

Ildefonso Vinent dice que él acabará en la calle. ¿Usted cómo cree que acabará todo esto?
— Me importa muy poco cómo acabe Vinent, lo importante en este caso es recuperar el dinero público presuntamente malversado.

¿La personación del Ayuntamiento hará que el pueblo recupere el dinero robado?
— Así lo espero, y por eso estamos luchando y trabajando.