1 de 5 | Una vista aérea de Cabra Salada, una recóndita calita situada en la bahía de Fornells, en el término municipal de Es Mercadal. | ultimahora.es
2 de 5 | La iglesia de Sant Martí, en Es Mercadal, es una construcción elegante de reminiscencias renacentistas.
3 de 5 | En su paseo por el casco antiguo des Mercadal gozará de la belleza e idiosincrasia de sus calles y casas. Y es que el centro de esta localidad bien se merece una excursión.
4 de 5 | Junto a la belleza que imponen sus blancas casas, otro de los privilegios de Es Mercadal es Fornells, que forma parte del municipio y es un núcleo importante de población.
5 de 5 | Después de Sant Joan, Es Mercadal abre y cierra el calendario oficial de las fiestas de pueblo, con Sant Martí y Sant Nicolau. | DAVID CAULES
Es Mercadal se encuentra a los pies del Monte Toro, que es el punto más alto de la isla de Menorca. Desde la cima de este monte de 360 metros de altura se puede divisar como un conjunto de casitas blancas y tejados rojos. Y en sus alrededores podemos observar los llocs, delimitados por las parets seques. Una vista aérea de Es Mercadal supone un gustazo para nuestros ojos ya que el casco antiguo de esta localidad del centro de Menorca bien se merece un paseo.
Por ejemplo, la iglesia de Sant Martí, es uno de sus reclamos. Se trata de una construcción elegante de reminiscencias renacentistas. Un templo espacioso y de línea sencilla. También, otro de los atractivos del centro del pueblo -junto a la preciosidad de sus casas- es el aljibe de la época de la denominación inglesa construido en el año 1735 bajo la orden del gobernador Richard Kane. Este enorme depósito de agua antiguamente se usaba como abastecimiento de las tropas a medio camino entre Maó y Ciutadella.
Y cómo no, el Monte Toro, motivo de muchas de las visitas a Mercadal. Un referente espiritual y religioso para la Isla. Las monjas franciscanas se hicieron cargo del mismo tras el paso de los monjes ermitaños. Subirse al punto más alto de la Isla y divisar toda Menorca no tiene precio. Y si encima lo hace probando los carquinyols o los amargos típicos del pueblo, la visita todavía resulta más completa.
