El tráfico es uno de los principales responsables de los ingresos por contaminación en Baleares, especialmente en zonas como la vía de cintura de Palma. | Teresa Ayuga

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«La contaminación mata» y los expertos piden reducir el tráfico en Baleares. Esta es una de las conclusiones a la que han llegado tras la publicación de una investigación del Instituto Carlos III, que pone de manifiesto que la contaminación y las olas de calor y frío causan más de 3.000 ingresos urgentes al año y en el conjunto de España son 67.400.

El especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Joan Carlos March, expresa que hay mucha preocupación por este asunto, por lo que instan a las autoridades a tomar medidas. En el caso de las Islas el tráfico es uno de los principales responsables, por lo que las personas que viven cerca de la vía de cintura de Palma se encuentran entre las más perjudicadas por los efectos de la contaminación.

Hay otros factores que también tienen efectos nocivos para la salud, como los episodios de polvo sahariano, cada vez más frecuentes, al igual que las olas de calor y frío. March resalta que la investigación del Instituto Carlos III refleja en sus conclusiones que, «apesar de las normas vigentes sobre calidad del aire, la contaminación sigue siendo un grave problema de salud pública, ya que causa un considerable grado de morbilidad con un elevado coste sanitario».

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El citado experto avisa que «el cambio climático sigue avanzando inexorablemente y, si no se toman medidas más drásticas, las previsiones auguran un futuro marcado por un mayor número de eventos de temperaturas extremas, de intensidad creciente». Aunque tiende a pensarse que las olas de calor causan más problemas para la salud en las Islas que las de frío, los datos reflejan lo contario. Julio Díaz, uno de los autores del citado estudio y codirector de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto Carlos III, precisa que las olas de frío son las responsables de 104 ingresos al año en las Islas; mientras que a las olas de calor se les achacan unos 40.

¿Qué medidas se pueden adoptar?

La investigación del Instituto Carlos III señala que «teniendo en cuenta que en las zonas urbanas las emisiones de NO2 están principalmente ligadas al tráfico, es fundamental la aplicación de zonas de bajas emisiones, medidas encaminadas a fomentar el transporte público y el uso de transporte sostenible para proteger la salud de la población».

No obstante admite que las actuaciones a reducir las concentraciones de partículas materiales son más complejas. «No se trata solo de la reducción del tráfico -y de los vehículos diésel en particular- en las grandes ciudades; pero debería incluir también medidas encaminadas a reducir las emisiones de origen industrial, con una necesaria transición hacia el uso de combustibles menos contaminantes». En este punto, resalta que «se deben implementar planes integradores que tengan en cuenta el efecto conjunto de la contaminación y la temperatura, especialmente cuando el impacto de la contaminación en los ingresos hospitalarios urgentes es un orden de magnitud superior al de la temperatura».

Para concluir, expone que «las futuras líneas de investigación deberán dirigirse hacia estudios locales, que analicen este efecto conjunto de las temperaturas extremas y la contaminación, detectando los grupos especialmente vulnerables y las enfermedades que se ven más afectadas por estos factores ambientales».