Ni corto ni perezoso, decidió echarse un rato y dejarse caer en los brazos de Morfeo, delegando los mandos del avión en el que viajaban unas 300 personas a un piloto en formación que le acompañaba, según se hizo eco la prensa británica, tras publicarlo el Daily Mail.
Al parecer, no fue una siesta de las cortitas y reparadoras. El piloto se tapó con una manta en la zona de primera clase de la aeronave y estuvo allí dormitando unas dos horas y media.
Un pasajero que pasó por allí vio la escena, e incrédulo, la captó, publicando después la imagen en las redes sociales a modo de denuncia. Más tarde el revuelo generado motivó la acción de la aerolínea, despidiendo 'ipso facto' al piloto dormilón.
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