En cuanto a su dieta, la cantante ha contado que no ha cambiado tanto, simplemente come menos y ha eliminado de ella la lactosa, tras descubrir que era intolerante. «Me fui a hacer un test de alimentos y salió algo que ya me esperaba, y es que no acepto muy bien la lactosa. Tengo casi un 90 % de intolerancia, por eso, cuando me la quité, me empecé a desinflamar. En todo este proceso siempre he estado muy bien supervisada, en ningún momento hago cosas por mi cuenta», ha explicado en la revista Pronto, en la que también cuenta que ha sustituido el azúcar blanco por el azúcar de abedul, «mejor para la gente que tiene mucha intolerancia».
El azúcar de abedul es un edulcorante natural que se extrae de la corteza de este árbol. Se parece mucho al blanco pero este está sin procesar y tiene muchas menos calorías que el azúcar de mesa, por lo que puede ser un gran sustitutivo. La ventaja es que su sabor sigue siendo dulce, pero el organismo no metaboliza este tipo de azúcares, por lo que es ideal para la dietas, incluso para diabéticos.
Chenoa desvela que también ha descubierto los ejercicios hipopresivos. «A mí los hipopresivos me sorprendieron, pero no por la parte abdominal, sino porque tenía mucho dolor lumbar y se me ha quitado. Como yo estoy hundida de cadera, me dolía muchísimo. Me ha ayudado mucho», ha confesado la artista. Además, en su rutina deportiva ha introducido las pesas, aunque afirma que «al final es un cambio de mentalidad, está en tu propia voluntad, nadie va a levantar una pesa si no la levantas tú».
La mallorquina, que tuvo que aplazar su boda con el médico Miguel Sánchez Encinas debido a la pandemia, se encuentra volcada en los preparativos de su bona para el próximo verano, siempre sin dejar de lado todos los proyectos profesionales que tiene en marcha.
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No tiene otra cosa que hacer que cuidarse sin hijos y con mucho tiempo libre