28/05/24 4:00
QUE los focos de la pista de atletismo de Maó estuvieran encendidos el viernes a las 21 horas, cuando ya no había ni un solo atleta entrenando ni nadie en el campo de rugby. La única explicación es que se dejen las luces para alumbrar a la flota de gaviotas que, en esas horas tranquilas, se dedican a limpiar el césped de cualquier resto comestible. De todas formas, la imagen es contradictoria con el objetivo del ahorro de energía.