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QUE ayer, en la playa de Santandria, una pata y sus polluelos fueran una atracción para algunos de los bañistas. En Menorca, todavía es habitual la convivencia de los animales silvestres o asilvestrados con los humanos y un atractivo para los veraneantes. Su presencia es un buen síntoma de lo que ofrece Menorca de auténtico y especial.