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Hoy España, se encuentra en una situación alarmante bajo el liderazgo de Pedro Sánchez. El presidente no solo ha fallado a España, sino que ha demostrado ser una amenaza para la integridad y la moralidad de nuestra Nación.

Empiezo este comentario hablando de la corrupción, para afirmar que Sánchez es un hombre que no se respeta ni a sí mismo. Se ha convertido en la imagen de la corrupción que se manifiesta en su entorno más cercano. Su propia esposa, Begoña Gómez, está involucrada en varios escándalos de presunta corrupción. Ante ello, Sánchez ha optado por tapar todos sus escándalos, poniendo en entredicho la justicia y la verdad. Por otra parte, el hermano del presidente también está siendo investigado en cinco causas de presunta corrupción. Y aquí no pasa nada.

Ante estos graves hechos, uno se pregunta: ¿Dónde está la justicia? ¿Dónde está la rendición de cuentas? La falta de acción y la protección descarada a su familia nos muestra el desprecio que Sánchez tiene por la ética y la moral.

Dicho lo anterior, también podemos afirmar que nuestro presidente es un maestro de la manipulación política. Lo demostró cuando amañó votos detrás de una cortina en el procedimiento elección de secretario general del PSOE. Solo este hecho demuestra que estamos ante un personaje, sin principios ni convicciones; a la vez que demuestra también que su acción política se base en la mentira compulsiva y esparcir fango contra todos aquellos que se atreven a contradecir sus delirios y ocurrencias. Basta un simple recordatorio: Sánchez prometió que nunca pactaría con Podemos. «Con este partido no pactaré», dijo. Pero, ¿qué hizo? Pactó con ellos a la primera oportunidad.

También nos dijo que «La amnistía no tiene cabida en nuestra Constitución»; y afirmaba: «Es una traición a los principios fundamentales de nuestro sistema legal y a todos aquellos que han luchado y sufrido para defender nuestra democracia», para añadir después que se trata de «una burla a la justicia y a la memoria de aquellos que han sido víctimas de los crímenes que busca perdonar».

Podemos hablar también de las relaciones internacionales, calificándolas de vergonzosas por la traición de Sánchez al pueblo del Sáhara, al que abandonó en su lucha por su autodeterminación y cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas. Lo hizo apoyando abiertamente a los que son sus mayores opresores, como es el Reino de Marruecos. En este punto, también podemos hablar de la agresión verbal contra el presidente de Argentina, Sr. Milei, y de su brazo complaciente y extendido al dictador Maduro. También de la incompresible manifestación en relación al conflicto de Israel con el grupo terrorista Hamás… Estos son claros ejemplos de política exterior totalmente errática y que dañan la buena imagen y prestigio de España.

Otro aspecto grave de la política de Sánchez es la venta de España por unos votos manchados de sangre, que se materializan con la entrega de Pamplona y Navarra a Bildu; los hoy herederos de la banda criminal de ETA. ¡Qué vergüenza! Para más inri, Sánchez es el hombre que dice representar la regeneración, ahí está su plan recientemente aprobado por el Consejo de Ministros. Ante ello cabe preguntarse: ¿De qué regeneración habla?; ¿la de los herederos de ETA con quienes ha pactado?; ¿la de los independentistas del golpe de Estado?; ¿la de Tito Berni, la de Koldo, Ábalos, la de su entorno familiar…? ¿La de la ocupación de las instituciones del Estado por personajes con carnet socialista?... En este punto la conclusión no admite réplica. Sus pactos y alianzas son un insulto a la inteligencia de todos los españoles, a los valores democráticos y a la integridad de nuestras instituciones.

Como vemos, en estos seis años Sánchez ha demostrado estar dispuesto a sacrificar cualquier principio y cualquier valor, con tal de mantenerse en el poder; aunque ello suponga que muchas de sus decisiones están impregnadas de falta de ética.

Entrando ahora en la gestión política, hay que destacar la confiscación de recursos económicos, que este gobierno está aplicando a los ciudadanos españoles con una imparable subida de impuestos. Lo grave es que esta subida de impuestos ha afectado de forma directa a las clases medias, a la clase trabajadora y autónomos, principalmente.

Todos recordamos que prometió no aumentar la carga fiscal; nuevamente mintió. La realidad es que la presión fiscal que estamos soportando ha asfixiado a muchas familias y pequeños negocios. El Gobierno de Sánchez ha optado por políticas que ahogan a los contribuyentes y desincentivan la inversión. Se trata no solo es una mala gestión económica, sino de una traición a los ciudadanos que confiaron en sus promesas.