Para no creer nada hay que tener una fe extraordinaria en el entendimiento humano; para creérselo todo, en cambio, basta dejarse llevar con tranquila despreocupación. Porque total. Yo de natural no me creo nada, pero como eso exige un gran esfuerzo de la voluntad, y una fe sobrehumana como iba diciendo, y ninguna de las dos cosas me gusta nada (estoy a favor de la haraganería física y mental), a menudo descanso de mi incredulidad y me concedo unas semanas de asueto. Me da igual si algo es cierto o no, si se trata de una estafa o de una figura poética, me tumbo a la bartola cognitiva y que sea lo que Dios quiera. En Dios no creo, por supuesto, es una forma de hablar, ya que en esas siestas de la razón escéptica me lo creo todo, desde la inmortalidad del alma a la justicia fiscal, desde el libre mercado y el crecimiento indefinido a los libros de caballerías. ¿Por qué no?
Oraciones
Creérselo todo
01/11/23 4:01
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