Una mujer preside la primera institución menorquina desde hace ocho años, Susana Mora, la actual en el Consell Insular. Son también cinco mujeres las que están al frente de cinco de los ocho ayuntamientos de la Isla, Antonia Camps, en Es Migjorn, Joana Escandell, en Es Castell, Joana Gomila, en Ciutadella, Carol Marquès, en Sant Lluís, y Joana Febrer, en Ferreries.
Del mismo modo, una fémina ocupa el primer cargo en el Área de Salud, Ana Trenado, y en la Dirección Insular de la Administración General del Estado, Isabel López Manchón. Otra mujer es la delegada del SOIB en la Isla, Miriam Cuerva, y, además, la máxima representatividad del Archipiélago también la ostenta una presidenta, Francina Armengol, al mando del Govern.
El techo de cristal del que tanto se habla, ese que en ocasiones limita el ascenso profesional en función del género de la persona pese a que ninguna norma lo establezca, está felizmente superado en muchos cargos de responsabilidad de este territorio desde hace tiempo por más que persistan gestos micromachistas en actitudes muy particulares.
Hace tiempo que dejó de ser noticia el hecho de que una mujer alcance cotas de gestión en la administración pública más que en la empresa privada porque ya se asume con absoluta normalidad, como lo será en el país si la ambición de Yolanda Díaz tiene respaldo en las urnas para dar el sorpaso a Sánchez, dejar atrás a Feijóo y llegar a presidir el gobierno.
Sí merece ser destacada en la Isla sin embargo, la última incorporación al frente de un cuerpo de seguridad. Francina Veny es, desde el lunes, la primera mujer policía que lidera una Comisaría del Cuerpo Nacional en Menorca. La inspectora jefa mallorquina, de excelsa formación y trayectoria, ha pasado a comandar a los 120 agentes, aproximadamente, con que cuenta la Policía Nacional en Maó. Un paso más en el natural acceso de la mujer a ocupaciones que hasta hace muy poco eran cubiertas exclusivamente por hombres.
