Advertencia: ¡No lea este articulo desayunando! Manténgalo fuera del alcance de los niños ya que puede contener trazas de lenguaje soez. Administrar solo en caso de ser inmune a ofensas chorras.
¿Cómo están queridos lectores? Hoy empezaremos con una pincelada de Historia del Arte, materia en la que soy tan experto como un rey en ética, o como un murciano en dicción. Venga Cabezas, no llevas ni tres líneas y ya has ofendido a monárquicos y murcianos. Como vamos todos con la piel de la ofensa tan fina, ya casi no se puede escribir de nada, excepto los «neofachas» que van desatados y pueden decir las mayores burradas con total impunidad. La verdad es que lo de ofender por un chiste, aunque sea malo, me preocupa más bien poco, es más, a mí me ofendería cero patatero que un murciano monárquico dijera que este articulo es una mierda, ¡spoiler! tienen razón, lo es, pasen a comprobarlo después del punto y aparte.
El 12 de agosto de 1961 el artista conceptual Piero Manzoni expuso en la Galeria Pescetto en Italia su polémica obra «Mierda de artista». La obra consiste en 90 latas que contienen exactamente 30 gramos de la mierda, literal, del artista. Las latas se pusieron a la venta al mismo valor que tenía el oro en aquella época y hoy en día su precio puede alcanzar los 275 mil euros. Piero quería reírse del mercantilismo al que había llegado el mundo del arte, lo absurdo del consumismo y el derroche al que la sociedad se estaba viendo abocada. Pero mira tú, que el capitalismo se meó, por seguir la línea escatológica, encima del sarcasmo del artista y sus latitas con heces se venden por una pasta indecente. Te alabamos dios dinero, óyenos porque sacrificaremos en el altar en el que te adoramos todo lo que nos pidas, desde el planeta hasta nuestra dignidad, pasando por cualquier atisbo de solidaridad o humanidad.
Ahora unas líneas musicales. En 1984 el grupo de punk «La Polla Record», liderado por Evaristo Páramos, compuso la canción «Come mierda» cuyo estribillo decía: «come mierda vitaminada, come mierda concentrada, come mierda deliciosa, come mierda y págala». Una vez más la banda, tirando del punk más reivindicativo, criticaba una sociedad de consumo que se había vuelto loca y que compraba auténticas porquerías inútiles porque llevaban un bonito envoltorio. Y también se puede aplicar al mundo de las ideas, se compraba masivamente la visión de la sociedad que lanzaban de forma interesada las grandes corporaciones apoyadas en sus lacayos mediáticos y políticos. Ahora todo se parece, pero el punk ha sido desplazado por un buenismo insoportablemente ingenuo.
Y así de la manera más tonta llegamos a la actualidad, y creo que es pertinente hacerse las siguientes preguntas: ¿qué le queda al mundo si le quitas los filtros de Instagram?, ¿cuántos adolescentes quieren vivir en Tik Tok porque fuera de la aplicación el mundo les resulta insoportable? ¿Habrá ya niños que se crean que las croquetas de la abuela de verdad de la buena son las que vienen en una bolsa congelada? ¿Cuántos se creen que un refresco cero-cero es una bebida más sana que el agua, o aún peor, que la cerveza? ¿Cuánto falta para que haya más pódcasts que personas porque todo el mundo quiera hablar, pero nadie quiere escuchar? Vamos a la despedida.
Ahora me explico por qué el papel de wáter ha subido tanto, se ha encarecido cerca de un 30 por ciento, quieren dejarnos sin armas para defendernos ante semejante avalancha de mierda. Lúpulo y feliz jueves.
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