En pocas palabras
Cuando se te hielan
Los dedos y las ideas, piensas que es mejor dejar de hacer lo que estabas empezando y esperar que llegue otro momento que te conduzca al final. Cuando he empezado a escribir éste artículo en miércoles al son del frío recién llegado, he notado que las yemas de mis dedos iban al mismo compás que mis pensamientos. No es que tenga nada contra el frío extremo es más, me encanta que haya llegado para que de verdad nos coloquemos en la estación que nos corresponde. Estos bruscos cambios meteorológicos también animan a que critiquemos al frío y alabemos a las pasadas cálidas temperaturas sin acordarnos que por entonces era completamente al revés. Que quieren que les diga, yo soporto mejor el frío que el excesivo calor, con abrigarme más solucionado, tal vez los que más padezcan estos bruscos cambios sean los árboles frutales que verán paralizadas sus tempranas yemas.
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