Ya hemos votado en Estados Unidos, pero aún estamos esperando los resultados de algunas de estas votaciones. El votar y contar los votos en USA no es como en España. En España, al ir a votar escogemos una papeleta con una veintena de nombres, de los que a lo mejor solo conocemos al primero, se pone en un sobre y a la urna. No es así en USA.
Este año al ir a votar tenía una lista de cuestiones y personas a elegir. Había cuatro cambios en la Constitución del Estado de Tennessee, una propuesta de cambio del tipo de gobierno del Condado de Anderson, y dos cambios en el Estatuto de la Ciudad de Oak Ridge. Después votábamos al gobernador del Estado, al representante de nuestro distrito en la Casa de Representantes y el Senado del Congreso en Washington, al representante del distrito en la Casa de Representantes y en el Senado de Tennessee, cuatro concejales de la ciudad de Oak Ridge y tres miembros de la Junta de Educación de la ciudad.
No era nada fácil el proceso. Muchas personas que iban a votar no se habían preparado antes y en las cuestiones de cambios de los diferentes estatutos se pasaban un buen rato en las máquinas electorales tratando de entender lo que se proponía. Todo eso causaba bastante retraso en el proceso de votar y nos pasamos un buen rato haciendo cola para votar.
La cuestión de decidir en los cambios de estatutos es que el lenguaje es sutil y no sabes en algunos casos cuál es la finalidad del cambio. Había un caso relativamente claro en el cambio de la Constitución del Estado. En la Constitución de Tennessee aún había la posibilidad de esclavitud para los presos condenados por un crimen. Finalmente este año se ha eliminado totalmente la esclavitud en Tennessee.
Una sorpresa que tuve al votar es que al Senado de USA solo había un candidato, del Partido Republicano naturalmente. En esta zona es tan claro que dominan los republicanos que ni siquiera se presentan candidatos alternativos. Con respecto a los representantes de Tennessee en la Casa de Representantes del Congreso, de los 9 distritos electorales solo en uno ha salido el candidato demócrata y ciertamente no ha sido en nuestro distrito, que está totalmente dominado por el voto republicano.
Con esa complejidad de las votaciones no es extraño que se tarde en contar los resultados. Pero no son solo estos problemas, además cada estado tiene sus reglas para declarar la victoria de los candidatos elegidos y esto se abre a toda una nueva serie de problemas.
En Alaska, por ejemplo, para ganar un candidato tiene que tener más del 50% de los votos. Si hay más de dos candidatos, la cosa se complica. Este es el caso este año para la representación en el Congreso. El sistema entonces funciona de manera que cuando se vota se piden dos votos, el primero es el que prefieres y luego un segundo. Una vez contados los votos, si ningún candidato tiene más del 50%, se mantienen los dos primeros candidatos y se eliminan los otros. Luego se añaden a los dos primeros la segunda elección de los ciudadanos que habían votado a los candidatos que han perdido. Así, y debido a eso, no se espera tener los resultados finales de Alaska hasta el 23 de noviembre.
En Georgia existe la misma regla del 50%, pero en este caso si ningún candidato llega a ese límite el problema se resuelve de otra manera, una segunda votación entre los dos primeros. Este año el problema ha surgido con los candidatos al Senado de USA y la segunda ronda de votación será el 6 de diciembre.
Sigue la cuenta de votos en varios estados, pero de momento las cosas han ido mejor de lo que se esperaba. Se había predicho una ola roja, aquí los rojos son los republicanos, que barrería en las elecciones, y eso no ha sido así ni mucho menos. Los demócratas han conseguido mantener la mayoría en el Senado, en la Casa de Representantes la han perdido, pero por pocos votos.
Estos resultados han abierto la esperanza de que Trump no gane las próximas elecciones presidenciales.