No se a ustedes, pero a mí me preocupa esa cesta de la compra rellenada de productos con sello político. Si no va a contar ni con leche, ni pescado ni carne ya me contarán ustedes donde están los productos frescos anunciados y si los llegara a haber, por treinta euros poco pescado y carne entrarían o por lo menos no de la calidad aconsejable y deseada. Por otro lado tenemos el tipo de consumidor. Las ayudas, sean cestas o lo que sea, deberían ser dirigidas exclusivamente hacia aquellas personas o familias realmente necesitadas y no para todo el mundo.
Por eso creo que esas ayudas deberían ser consultadas a través de las Asociaciones o entidades que siempre lo han hecho como por ejemplo Cruz Roja y Caritas que sí conocen desde siempre el perfil del verdadero necesitado y dejar en paz a los super que lo único que piden para poder competir y ofrecer buenos precios, es que se les rebajen los impuestos y se les abaraten los costes de la electricidad. Ya hemos conocido experimentos recientes sobre el consumo de carne y la juguetería que lo único que han conseguido es cabrear y preocupar a un sector muy importante de profesionales, auténticos eslabones entre el producto y el consumidor. No exijamos a nuestros políticos que hagan constantemente experimentos con gaseosa, y que actúen con los pies en la tierra. Las cestas mejor dejarlas para Navidad, esas otras repletas de buenos productos que te puedes llevar a casa por solo un par de euros el boleto con la terminación del gordo.