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Somos la pera. Ellos lo dan todo y nosotros, que somos unos cafres, no valoramos sus desvelos. Dice la ministra Montero (no la de la despedida de soltera en Manhattan, la otra) que «El ruido hace que a la gente los políticos les parezcamos marcianos». La frase es bonita, pero no creo que se refiera al ruido de los motores del jet y de los dos helicópteros que utilizó el amado resiliente cuando decidió desplazarse a Extremadura. Quizás haya gente a quien parezca de marcianos ir en jet y helicóptero a hacerse una foto con incendio de fondo. Yo lo veo terrícola a tope. Mola más que ir en tren desde luego. Y hay que ser muy burro para no entender que la presencia del macho alfa allí a la hora del telediario, aunque cara y antiecológica, era urgente y necesaria. El señor (no recuerdo si con casco o a pelo) que le señalaba con verdadero énfasis al amado líder el desastre, primero a la izquierda y después a derecha (dos ángulos para las fotos), sin duda hubiera quedado decepcionado (quién sabe si incluso se compartió en su momento un frugal tentempié) si el presi no hubiera acudido a ver con sus propios ojos de líder y su equipación «smart casual» el monte chamuscado.

Un amigo mío, que es muy lerdo, dice que leyó los labios del presi y del explicador mientras hacían el paripé para los medios: -mire, presidente, todo eso de allí y aquello de allá se ha quemado-, a lo que el resiliente contestaba: -Ángela María!, esto igual va a ser el cambio climático. Está conversación, sea o no exacta en esos términos, justifica desde mi humilde punto de vista el movimiento de dos helicópteros y un jet, pues marca un antes y un después en la historia de los incendios patrios.

SE VE QUE EL GOBIERNO ha detectado que (aunque parezca mentira) hay un número creciente de desafectos. La ministra Montero (no la del chalet, la otra) asegura también, preocupada por ese contratiempo, que va a «luchar contra la desafección». Ese amigo que ya mencioné, el tarugo, me dice que la campaña contra la desafección la van a pagar los desafectos. Yo le digo que no puede ser, que sería muy fuerte que hicieran pagar al desafecto (la puta) una campaña (la cama) -y las campañas publicitarias son caras-, que pretende convertirle en adepto; le digo que habrá entendido mal, que seguramente el dinero lo pondrán de su bolsillo, o al menos de las arcas del partido. Hay que ver lo desconfiados que nos estamos volviendo a pesar de constatar una y otra vez cómo velan por nuestros intereses por encima incluso de su propio bienestar.

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También asegura la ministra Montero (la de la canguro sobrecualificada no, la otra) que «hay cantidad de empresarios que nos dicen en privado que les parece bien pagar más impuestos». Igual son los expolíticos de las eléctricas que giraron en su día esa puerta que conduce a la pasta gansa y ahora les abruma la riqueza que les cayó del cielo, digo yo, si no, no me explico quiénes pueden ser esos empresarios tan «cools» que hablan en privado con la ministra.

La ministra Montero (la que solo dice chorradas no, la otra) sin embargo no ha criticado (y ya me extraña) al presidente Bonilla, quien se dispone a ampliar alegremente su gobierno a 13 consejerías. Solo 13, imagínate, pudiendo ampliarlo a 15, que es un número infinitamente más redondo y menos primo. Bueno, en el fondo está a tiempo de seguir ampliando durante la legislatura (no sería el primero). España necesita más políticos, eso está claro. Hay que triplicar a Alemania en ese apartado (si no la triplicamos ya).

Luego dicen que los vemos como marcianos. Yo si acaso los veo como con una jeta XL.

Hay que tener cuajo. La madre que los parió! (tenía ganas de decirlo).