Fascinante es el cuerpo humano, ¿no les parece? Y más el cerebro. Un músculo maravilloso al que no le damos la importancia que se merece. Llevamos a nuestros hijos al colegio y por momentos te liberas de su educación. Pero no, es un efecto óptico, están en el colegio para seguir aprendiendo y adquirir conocimientos igual que como si estuvieran en casa contigo. Simplemente el colegio es el relevo. De eso me he dado cuenta. El colegio hace su función y en casa hay que entrenar.
Lo que quiero destacar es el esfuerzo que hacen los niños y niñas para adquirir conocimientos más abstractos como es la lectura, los números u otros idiomas no maternos. Con la mirada del adulto parece que es fácil, pero el cerebro del niño necesita su proceso de maduración para comprender. Unos irán más rápidos y otros más lentos en el aprendizaje, pero todos son válidos. La diferencia es que unos tendrán que dedicar más tiempo para llegar a las cotas exigidas por el sistema educativo. Un sistema caduco, y heredado de principios del siglo XX, que muy poco se ha renovado en las aulas.
Con la información que ya sabemos sobre cómo trabaja nuestro cerebro, un músculo que necesita tanto del hemisferio izquierdo como del derecho para resolver problemas. Pero pongo es especial relieve los cerebros creativos, más activo el lado derecho. Los cerebros racionales tienen más activo el lado izquierdo.
Considero que la enseñanza actual no valora de igual manera los cerebros. Tienden a lo racional porque es más fácil. Desde principios de siglo XX, según Ken Robinson (Asesor internacional sobre educación, considerado un experto en asuntos relacionados con la creatividad, la calidad de la enseñanza, la innovación y los recursos humanos) la educación escolar es para que seamos productivos. Salir de las escuelas para trabajar y que no acabe la cadena de producción. Ken Robinson definía a la educación actual como «mata creatividad».
Estudiar, memorizar para conseguir una puntuación. Y lo mismo en la universidad. En estas instituciones se deberían por lo menos introducir herramientas de estudio pedagógicas y personalizadas. Es por eso tan importante el refuerzo familiar. Hay que reciclarse, y tener inquietudes por mejorar la calificación de un alumno que no cumpla los requisitos mínimos de la educación heredada. La revolución educacional es lenta, pero mientras se transforma, transformemos desde casa.
Los cerebros creativos dirigen su atención a los colores, a los dibujos. Su cuerpo necesita estar en movimiento, así es como aprenden. Una clase estática, donde hay obstáculos como las sillas y las mesas, donde se les dan textos en blanco y negro, son barreras limitantes para niños de cerebros creativos. Se les mata su inquietud. Todos los caminos llevan a Roma, pues intentemos ver y trabajar esos diferentes caminos para llegar al mismo punto, que es que aprendan algo nuevo para ellos.