Les coses senzilles
Fulano
Dicen que «tarde o temprano, todo lo sabe fulano» Consulto el diccionario, para saber quién es fulano, y me sale que se trata de una palabra que se usa para designar a cualquier persona cuyo nombre se desconoce o no interesa precisar. Hurgando un poco más, me entero de que los llamados fulano, mengano, zutano y perengano –y sus correspondientes femeninos- no existieron jamás. Parece ser que la palabra fulano proviene del árabe fulan, que significa «persona cualquiera», Mengano también viene del árabe man kan, que quiere decir «quien sea», Zutano deriva de citano, que a su vez viene de la palabra latina scitanus, que significa «sabido» Por lo que se refiere a perengano, parece provenir de una combinación del apellido Pérez con la palabra mengano. Lo malo es que la lengua, como la sociedad en que todavía vivimos, es a menudo tan machista que el femenino de fulano -fulana- adquiere a veces un significado peyorativo para sustituir al término «prostituta» Pero lo cierto es que estas palabras dan color y variedad a la lengua, porque no solo se pueden usar en femenino, sino también en diminutivo: fulanito, zutanito, menganito y perenganito. También es curioso que puedan ennoblecerse añadiéndoles la partícula de: fulanito de tal, zutanito de tal, menganito de tal y perenganito de tal. En eso se echa de ver que España es un país con raíces aristocráticas y monárquicas, porque incluso podríamos decir: «El conde Fulanito de Tal» O bien: «El marqués Menganito de Cual». Lo malo sería encontrar el Condado de Tal o el Marquesado de Cual. Pero en estos tiempos que corren, seguro que tendrían importantes viñedos y podríamos presumir de haber acompañado un festín con el excelente vino reserva del Conde de Tal o el Marqués de Cual.
También en Opinión
- El experto desaconseja tanto el consumo de agua embotellada como tener ósmosis inversa en casa
- «Los menorquines pueden transmitir hoy las herencias en vida a sus hijos»
- Agustí Rodríguez: «Si llega a Menorca una sequía como la de los años noventa podría ser catastrófica»
- La tramontana disipa los temores del sector a las molestias de la velella
- Alojar un temporero en casa para llegar a fin de mes: la fórmula de cada vez más menorquines