No es la cola de la caja del supermercado, ni de la pescadería, ni siquiera la de la operación salida de Madrid en agosto o ese acceso a Macarella que nos vuelve locos cada verano. No. La foto que ha dado la vuelta al mundo y ha sido la más comentada estos días –al margen del ruido electoral–, ha sido la que muestra el atasco en el camino hacia la cima del Everest. Una de las imágenes de esa caravana de alpinistas –más de 200 personas–, la tomó Nirmal Purja, exsoldado nepalí, quien es testigo y protagonista al mismo tiempo de la sobreexplotación de esas cumbres, ya que él mismo está inmerso en una carrera (un reto personal lo llaman ahora) por escalar 14 montañas de más de 8.000 metros en un tiempo récord de siete meses. La imagen es tragicómica. Trágica porque ha habido víctimas mortales por la espera en las alturas debido al atasco, y cómica, más bien ridícula, porque es exponente de cómo buscando lo auténtico y la vanidad acabamos siendo unos borregos. «Hombre, cuánto tiempo, el otro día me encontré a tu hermano en la cola del Everest, o en la del Taj Mahal», va a ser la próxima conversación de ascensor.
Vía libre
Colas en la cumbre
28/05/19 0:18
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