CON LAS MANOS EN (SU) CINTURA. Al final el PSOE no es pareja de baile ni de Més ni de Podemos. Un mes después, se constata la inviabilidad del gobierno tripartito. Los socialistas serán oposición. FOTO: J. BAGUR

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Un gobierno de cinco consellers en minoría de Més (3) y Podemos (2) en el Consell de Menorca, o sea de cinco consellers, implica una oposición de ocho más numerosa (5 PP y 3 PSOE) que el gobierno electo y exigirá la designación de varios consellers no electos para la gestión y la gobernabilidad de la institución en un escenario de inestabilidad y difícil equilibrio.

La pinza Més-Podemos sobre el PSOE tiene efectos devastadores sobre los socialistas de Vicenç Tur que constatan como se les escapa la presidencia del Consell para Susana Mora al formarse un gobierno con las listas menos votadas de las cuatro que han obtenido representación.

A pesar de ser la del PSOE la candidatura más votada de las tres de izquierdas, el veto de Podemos a Mora situa a Maite Salord en la presidencia. El PSOE pasa a la oposición a pesar de apoyar la investidura de Més para evitar que Santiago Tadeo continúe como presidente del Consell al ser el PP quien encabeza la lista más votada. Cuenta con el mismo número de consellers que los miembros electos del próximo gobierno insular.

La abstención socialista -opción que fue secretamente barajada en la sede insular de los socialistas menorquines- abriría un escenario inédito, con Tadeo que iniciaría un segundo mandato, lo que obligaría a una nueva ronda de negociaciones entre las tres formaciones de la izquierda para pactar otro gobierno insular y presidencia, que pasarían de potencia a acto mediante una moción de censura. Esta audaz opción fue desechada.

CON LAS MANOS EN (SU) CINTURA. Al final el PSOE no es pareja de baile ni de Més ni de Podemos. Un mes después, se constata la inviabilidad del gobierno tripartito. Los socialistas serán oposición. FOTO: J. BAGUR

La votación vinculante

Aunque la decisión de Podemos ya estaba tomada de antemano desde el primer día -con el veto a entrar en un gobierno presidido por el PSOE, lo que conducía indefectiblemente al gobierno bipartito Més-Podemos (opción 3 para los socialistas)- la secretaria general de Podemos-Menorca, Mae de la Concha, organizó una consulta telemática, vinculante, a la que convocó a los más de 700 adheridos con que afirma contar en la actualidad el partido de Pablo Iglesias en Menorca.

Advirtió por escrito de la Concha sobre la trascendencia de esta votación: «que decidirá el futuro de la isla en los próximos cuatro años». Todas las llamadas a la participación y las advertencias sobre la importancia de la consulta obtuvieron escasa respuesta, porque solo votaron 147 de los 700 miembros del partido. O sea que el pronunciamiento del 21 por ciento de las bases de Podemos-Menorca -con una abstención del 79 por ciento- decide quién debe desempeñar la presidencia del Consell insular durante los próximos cuatro años.

Si analizamos con detalle los resultados, descubrimos que un 6,64 por ciento de quienes responden no apoya la entrada de Podemos en el gobierno del Consell. De las tres opciones de gobierno (tripartito PSOE+Més+Podemos; PSOE+Podemos y en tercer lugar, la que ha prosperado, Més+Podemos), el 45,4 por ciento apoya la presidencia para Més en el tripartito y el 13,19 por ciento en un gobierno Més+Podemos.

Con estos porcentajes, la conclusión es que 84 adheridos de Podemos -el 58,59 por ciento de los 140 por ciento que apoyan «el espíritu y el pacto de las líneas programáticas que se están negociando» y por tanto siguieron votando- son los intérpretes de la voluntad de los 4.558 menorquines que votaron a Podemos al Consell el 24 de mayo.

El gobierno bipartito

El resultado final, un mes después de reuniones y negociaciones en un ambiente cada vez más tenso y enrarecido, consiste en que se impone la pinza Més-Podemos sobre el PSOE, que pasa a la oposición. Susana Mora resumió ayer la situación con esta frase «trabajar en un equipo de ocho consellers de tres partidos no era posible con un bloque de cinco en contra de tres». Porque desde el primer día los tres consellers de Més y los dos de Podemos han actuado de forma coordinada y cohesionada. No había química ni empatía con el PSOE, porque es la «casta».

La gran artífice de las decisiones que conducen a Maite Salord a la presidencia del Consell ha sido la abogado Cristina Gómez, que transmitió con entusiasmo su admiración por la candidata de Més a Alberto Jarabo, secretario general de Podemos-Balears, esperado el 4 de julio en la sesión de constitución de la nueva corporación insular.

También vendrá Biel Barceló, que ya ejercerá como flamante vicepresidente económico del tercer Govern de Pacte. En cambio, a Francina Armengol, que ya se veía venir que la negociación de la izquierda en Menorca acabaría como el rosario de la Aurora, ni está ni se la espera.

Empieza un tiempo nuevo pero con un escenario complicado. Més y Podemos deberán gobernar con cinco consellers, de los que solo dos tienen experiencia de gobierno. Los dos grandes retos, cerrar el cartapacio sin un excesivo número de consellers ejecutivos y después la gestión del día a día. El tercer milagro, aprobar los presupuestos.

PREGUNTAS DE LA SEMANA

¿Cuál fue la reacción de Francina Armengol al ser informada de la decisión del PSOE de pasar a la oposición en el Consell?

¿Qué efectos tendrá la 'ley Montoro' sobre la composición del nuevo gobierno del Consell en el número de consellers no electos?

¿Quién intervendrá como conseller portavoz del PP en la sesión de constitución de la nueva corporación del Consell de Menorca?

¿Quién será el diputado del PP-Menorca que relevará a Antoni Camps en la portavocía adjunta del Grupo Palamentario'