Se está acabando el año, y el mes que iniciamos diciembre representa un buen momento para hacer examen de conciencia y entrar al nuevo año, renovado, con energías. Por eso creo que en diciembre, además de acercarnos las Navidades, de reunirnos con nuestras familias, hay que saber perdonar. Ser buenos con uno mismo, además de con con el prójimo, y digo bien ya que es por donde se empieza. Construir desde los cimientos, vestirse por los pies. Así, perdonándose y queriéndose uno, con su yo, con su persona, con su sombra. Solo así se puede perdonar a los demás. La actualidad nos ofrece montones de ejemoplos. El de aquel político que metió la mano en la caja pública. Ser consciente de que se tiene que perdonar a sí mismo por avaricia, por ambición. Tras el perdón viene la reflexión: preguntarse qué fue lo que le llevó a hacer lo que hizo. Qué le cegó. Llámese político, mujer de político, duques, folclóricas...
Relaxing cup
Perdonarse y disculparse
26/11/14 0:00
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