Es curioso comprobar cómo los seres humanos anhelan la eternidad, sueñan con ella, fantasean con vivir un poco más. Sin embargo en la vida algunas tardes, algunos días, algunos meses se hacen realmente largos.
Los ricos viven más pero la vida se les hace mucho más corta. Como tienen pasta gansa para derrochar a espuertas el tiempo se les escurre entre los dedos, para los pobres muchas veces el reloj está parado, como no tengo dinero no me ocurre nada nuevo.
¿Sobrevivir es vivir? Pasarte el día entero en busca de lo mínimo, un techo, una comida, una ducha, un abrazo, ¿es vivir la vida, es sufrir la vida, es malvivir la vida? ¿Tener esperanza es una ventaja o un contratiempo?, me explico: en base a que la esperanza es lo último que se pierde nos damos de cabezazos una y otra vez contra las mismas paredes, el rollo ese del tú puedes y todas esas zarandajas, sin embargo cuando uno pierde toda esperanza se relaja y pierde el miedo, dicen que el hombre al que más se debe temer es al que no tiene nada que perder, y parece cierto.
Mientras exista una posibilidad, por pequeña que sea, de salir de la miseria permaneceremos dóciles, serviles, sumisos, por eso los que mueven el cotarro aflojan la mano de vez en cuando, por eso en dictaduras terribles dejan que alguna ONG alivie un poquitín los males. Ahora bien, si el poderoso mata la esperanza mata su presente porque deja al pobre sin futuro, y un pobre que no tiene nada que perder y es consciente de ello es muy peligroso. Y esta idea de la esperanza la leemos en el filósofo Emil Cioran y la encontramos en la película para adolescentes «Los juegos del hambre», que cada cual beba donde quiera.
Viendo lo que se ve, respirando lo que se respira, tocando lo palpable, estoy impedido para identificarme con todo aquel que teniendo un altavoz mediático, grande o pequeño, no se moje el culo. Es goloso tirar para la torre de marfil y hablar de bodegas de vino, o compartir las imposturas de la clase seudoprogre que lo flipa en el spa de piedras volcánicas, o la de los chiquitos burgueses que acallan su conciencia firmando en Charge.org, colocándose un lazo rosa o yendo a una performance para defender la vida de las ballenas mientras desde su Iphone reservan mesa en ese famoso restaurante de comida decostruida, ¡qué guays que somos!
Y les garantizo queridos lectores que es muy cómodo mirar el mundo desde la poltrona amarfilada. De hecho mojarse trae problemas, algún disgustillo, alguna crítica exagerada, el riesgo de exponerse a pecho descubierto sin red salvadora. Ustedes saben, aquello de que te señalen por la calle, de que intenten ponerte una etiqueta para ahorrarse contra argumentar: este tío es tal o cual, su padre es pascual, milito en aculla, se viste asa y cualquier chorradita personal que les exima de buscar ideas que poner en frente de otras ideas.
Y así pasa el tiempo, con una mano se acaricia el poema del pobre y con la otra se hojea un catálogo de artículos de lujo, plenos en la contradicción, sin olvidar que el que esté libre de contradicciones que tire la primera piedra, arrogante sería ponerse como ejemplo de nada.
Pero igual todas estas reflexiones son fruto de la astenia primaveral y tienen la misma validez que las promesas electorales de la casta política. Total, Bisbal vendrá a nuestra Isla y su patada voladora con giro será el tema principal de conversación, ¿les queda alguna esperanza de que no sea así? Sea como fuere, espero que el tiempo corra para todos en su justa medida.
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