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En un miércoles aciago para el Gobierno PSOE-Sumar, la pinza del Partido Popular y Junts propinó un duro castigo al Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez y tumbó los decretos que necesitaban ser validados por el Congreso de los Diputados. Entre otras medidas para su aprobación. En juego estaban una serie de medidas variopintas, la revalorización de las pensiones y la aplicación del gravamen energético. Los socialistas fracasaron en su negociación con los de Puigdemont. Miriam Nogueras, portavoz de Junts, calificó al Gobierno de «trilero», «pirata» y «chantajista». Lo grave es la fragilidad del Ejecutivo y que, en este escenario, salen perdiendo los pensionistas de este país. Es un colectivo generalmente con bajo poder adquisitivo, que ha visto como se disparaban los precios y su capacidad económica se ha visto mermada. En España hay más de diez millones de pensionistas -en Balears son 210.000-, víctimas de estas guerras políticas. Llegar a final de mes para una gran mayoría de ellos es una odisea, por lo que estas decisiones aumentan su desasosiego. En cualquier caso, el PP y Junts garantizan su apoyo a la revalorización de las pensiones si el Gobierno aprueba un nuevo decreto, lo que arroja más leña al fuego. Los ciudadanos, y concretamente los pensionistas, no se merecen este espectáculo entre políticos.