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La primera reunión de la presidenta del Govern, Marga Prohens, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que se celebró el martes en Palma, concluyó con un severo reproche de la jefa del Ejecutivo autonómico. «No aceptaremos ningún tratamiento singular que acaben pagando los ciudadanos de Balears», afirmó Prohens, en referencia al acuerdo del PSC-PSOE y ERC para la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat. Este pacto, cuyo contenido se desconoce, convierte de facto a Catalunya en la tercera comunidad con un tratamiento fiscal propio, similar al que ya usufructúan el País Vasco y Navarra, que en su día invocaron derechos forales como comunidades históricas.

El acuerdo ha puesto en pie de guerra a las comunidades gobernadas por el PP y también del PSOE, como Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha. Sorprende que Sánchez establezca comparaciones entre la nueva financiación para Catalunya y el Régimen Especial de Balears, porque significa mezclar churras con merinas. El archipiélago soporta unos sobrecostes de insularidad que no son compensados. Balears tiene, como comunidad histórica, el mismo derecho que Catalunya a obtener un régimen fiscal propio. La solución pasa por una reivindicación en la que participen las instituciones y la sociedad civil de Balears.