Binibèquer fue, años atrás, la imagen más solicitada para la promoción turística, principalmente por el «poblado de pescadores» de Binibeca Vell. Hoy, presenta una serie de condiciones que no serviría para promocionar lo que Menorca quiere vender. El conjunto arquitectónico ha restringido el horario de visitas para que sea compatible con el descanso de los vecinos y la playa presenta algunos aspectos a mejorar.
Que la última semana de julio todavía no estén en servicio los baños que se incendiaron en enero de 2023 es una mala noticia. Aunque la empresa esté en plazo de ejecución de la obra, esta no debería haberse iniciado tan tarde y la instalación ya debería estar en servicio. El popular quiosco de Los Bucaneros seguirá cerrado por tercer verano consecutivo, lo que agrava la imagen de deterioro de la cala. Y, en tercer lugar, la demora en la colocación de las boyas para delimitar la zona límite de acceso a las embarcaciones tampoco es un aspecto positivo en la gestión turística. Si la Isla pretende que los turistas ratifiquen con su experiencia la imagen de calidad que le hemos vendido en las ferias, hay que evitar situaciones de deterioro como el que afecta a esta playa de Sant Lluís.