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La quiebra del turoperador alemán FTI Group estalla tras acumular una deuda de 1.000 millones de euros y carecer de capacidad para afrontar los pagos. El concurso de acreedores de este mayorista, el tercero más grande de Europa, afecta a más de 50.000 pasajeros en España, la mayoría de ellos en Canarias. En Balears se han visto perjudicados 3.281 turistas, de ellos 206 en Menorca, con una deuda que asciende a unos nueve millones de euros y 400 hoteles afectados.

Los clientes que contrataron un paquete vacacional con FTI están cubiertos por el Fondo Alemán de Seguridad en los Viajes (DRSF), que se creó en 2021 de la quiebra de Thomas Cook y la pandemia de la covid-19. Es una garantía que protege a los viajeros que reservaron un viaje combinado contra el riesgo de insolvencia de su proveedor de las vacaciones.    En cambio quienes contrataron los servicios on line se encuentran en peor situación porque este fondo germano no cubre sus desembolsos. La mala situación económica de FTI estaba planeando, desde hace más de un año, con un acusado descenso de reservas. Varios hoteles de Balears que optaron por curarse en salud y llevaban meses operando en régimen de prepago. Esta quiebra, que se añade a la de anteriores mayoristas, es una advertencia para detectar, y actuar a tiempo, ante los riesgos que plantea la turoperación.