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El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, anunció ayer que el Gobierno bajará el precio de la luz, el gas y la gasolina con un decreto que tiene previsto aprobar el 29 de marzo mediante una fórmula «inmediata y sencilla». Pero no concretó en qué consiste esta medida para frenar una escalada que castiga las economías familiares y pone en riego la supervivencia de miles de empresas, además de crear un malestar social cada vez más evidente.

Bolaños asegura que las bajadas en España se producirán con independencia de lo que se decida en Bruselas; y países como Alemania y Francia ya han aprobado ayudas directas a empresas y familias para compensar los insoportables incrementos de la energía de estos últimos meses. Las opciones que tiene el Consejo de Ministros para el decreto que quiere aprobar a fin de mes son escasas. Las ayudas directas, como hacen Francia y Alemania, y la rebaja en los tipos fiscales que en la actualidad gravan los consumos de la electricidad y los combustibles constituyen las únicas alternativas posibles para abordar de manera eficaz este grave problema; al menos a corto plazo. La sociedad española en su conjunto necesita decisiones rápidas y medidas eficaces para frenar el impacto, cada día más negativo y perjudicial, de una coyuntura económica tan desfavorable como la actual.