TW

El ejército ruso invadió ayer Ucrania con bombardeos selectivos y una amplia ofensiva militar, una amenaza negada por el presidente Vladimir Putin, y que ha provocado la reacción de Estados Unidos y la UE. La guerra abierta ha vuelto a territorio europeo, dos décadas después del fin del último conflicto bélico en los Balcanes. Los ataques rusos confirman la estrategia expansionista de Putin, que amplía el despligue de sus fuerzas armadas más allá de las zonas de mayoría rusófona. Las sanciones económicas de Occidente contra Rusia y el despliegue de las fuerzas de la OTAN no han tenido el efecto disuasorio previsto y en 24 horas se ha abierto una situación de conflicto de enorme dificultad e incertidumbres con graves consecuencias económicas y sociales de efecto inmediato.

El desplome de las bolsas y el encarecimiento del gas, petróleo y otras materias primas son efectos palpables, y desconocemos aún el impacto sobre el turismo para la temporada de este año. También es previsible el colapso de las fronteras con miles de ciudadanos que pretenden salir de Ucrania huyendo de la guerra, refugiados para los que los países de la Unión Europea son la única vía de escape del conflicto. Un complicado escenario que pone a prueba los valores democráticos occidentales frente a la violación del derecho internacional.