Un británico residente en Marratxí fue ingresado el 7 de febrero en Son Espases. Venía de una estación de esquí de los Alpes franceses, donde se había contagiado de coronavirus. Así empezó la pandemia en Balears: fue el primer caso en Mallorca y el segundo en España. En Menorca el primer caso se registró el 7 de marzo.
Un año después sufrimos las devastadoras consecuencias de una triple crisis sanitaria, social y económica; sumidos en una enorme incertidumbre, a la espera de una vacunación que no acaba de arrancar por la demora en la llegada de las dosis que permitan inmunizar la población y reactivar la economía. Los fondos europeos para la reactivación no se lograrán de forma inmediata. Al ser Balears la comunidad que más sufre y pierde con una caída del PIB regional del 25 por ciento, el doble que la media española, es necesario y urgente que el Gobierno atienda a Balears de forma diferenciada. Ante el incumplimiento del Régimen Especial y la escasa dotación de inversiones en los Presupuestos del Estado, el Govern Armengol debe liderar la exigencia para que el Ejecutivo de Pedro Sánchez priorice las ayudas que necesitamos para resistir.