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Situar a Balears en el reducido grupo de autonomías en las que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene previsto invertir menos este año, merece una argumentación más seria que la de considerar el descuento del 75 por ciento para los residentes compensa otra muchas deficiencias. Endeble razonamiento que suena a coartada, más teniendo en cuenta que los diputados del PSOE votaron contra los Presupuestos de 2018 que posibilitaron el aumento del descuento.

Los ciudadanos de estas Islas no merecen ser discriminados por unos descuentos que también disfrutan los canarios, del mismo modo que no merecemos sufrir la falta de plazas asistenciales, cientos de alumnos en barracones, soportar costes de insularidad, y padecer retrasos en obras como el Teatro del Borne, los Juzgados de Ciutadella y las infraestructuras del puerto de Maó. Balears es la única comunidad gobernada por el PSOE donde bajan la inversión del Estado, lo que deja a Armengol en la estacada. La indignación de agentes sociales y partidos está ampliamente justificada. El Govern del Pacte debe reclamar la aprobación del Régimen Especial sin más demoras, aunque ya no podrá aplicarse este año. Más respeto.