Con el acuerdo adoptado ayer por el pleno de Ciutadella -donde PSOE, PSM y UPCM impusieron desde la oposición el rechazo a la apertura de comercios de más 300 metros cuadrados en domingos y festivos- Menorca se configura como una isla con dos zonas comerciales diferentes: la comarca de Llevant, donde se ha aprobado la declaración de 'zona de gran afluencia turística', con los hipermercados abiertos durante toda la semana; y la comarca de Ponent, donde cerrarán.
No es una opción coherente ni homogénea en un territorio de 702 kilómetros cuadrados y cuya distancia máxima son 55 kilómetros. El sentido común recomendaba plantear y debatir esta cuestión en una reunión de alcaldes para alcanzar un criterio conjunto, como sucede en Eivissa, donde ha sido posible el acuerdo entre todos los municipios para que los hipermercados no abran en los festivos y domingos desde el 1 de noviembre al 15 de marzo.
En el vivo debate entre la libertad de los consumidores para que puedan acudir a los 'hípers' durante todo el año y el apoyo al pequeño comercio, éste debe realizar un esfuerzo para ser dinámico y adaptarse a las nuevos hábitos de compra.