Hace unos días un familiar me preguntó sobre el «propolis» y las infecciones respiratorias, ¿es útil?; al parecer, me dijo, se trata de una sustancia a partir de la miel con propiedades saludables. La verdad es que no supe qué contestarle, pero estudié el tema.
Los médicos sabemos de aquello que hemos aprendido en la carrera y de lo que nos han ido informando los distintos estudios desde su finalización, que se han publicado, y cuyos resultados se plasman en las recomendaciones de las principales guías de práctica clínica que utilizamos; de ahí que muchas veces todo lo que tiene que ver con la herboristería, la medicina natural, o alternativa,... nos suene a medicina mágica, o aquella sin evidencias; sin embargo, en muchas, o no pocas ocasiones, pueden existir, si se buscan, como en este caso.
Les hablaré del propolis, o traducido en español, del propóleo, que no es más que un extracto de sustancias que componen las colmenas de las abejas melíferas; una mezcla resinosa que producen estos insectos al mezclar la saliva y la cera y que utilizan en estas para sellar los pequeños huecos de las mismas. En los huecos de mayor tamaño utilizan solo cera, al parecer. También, se comenta, serviría para reforzar y dar estabilidad estructural a la colmena. O sea, no es miel.
El propóleo se compone principalmente de resinas, bálsamos vegetales (50 por ciento), ceras (30 por ciento), aceites esenciales (un 10 por ciento) y polen y se ha utilizado en la medicina tradicional de ciertos países con fines antiinflamatorios, antibacterianos, antifúngicos y antiulcerosos. Por esto el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos y la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria ya lo hayan analizado en alguna ocasión, si bien es cierto, sin resultados concluyentes; habida cuenta para la gran cantidad de patologías que se utiliza dicho compuesto y la limitada evidencia.
Últimamente a esta sustancia natural se le ha asociado gran cantidad de propiedades sobre todo antiinfecciosas y relativas a las vías respiratorias, y leemos, que ha resurgido y se ha utilizado más, a partir de la epidemia del síndrome respiratorio agudo grave (covid-19) por el coronavirus 2 (SARS-CoV-2) como una alternativa, como una sustancia o fármaco barato y puede que eficaz.
Así varios estudios demostraron la efectividad del propóleo en el tratamiento de infecciones del tracto respiratorio fueran virales y/o bacterianas, Izabela Przybyłek et al. (Review Molecules. 2019), solo o en combinación. Y es que podría tener efectos sinérgicos cuando se utiliza con varios grupos de medicamentos, sean antibióticos, y/o antivíricos al respecto.
Un estudio, del 2021 Majid Mirsadraee (Avicena J Phytomed. 2021), además, cuyo objetivo fue determinar el efecto de esta sustancia sobre la funcionalidad del asma moderada y persistente ya demostró, que estos mejoraron, leve pero significativamente, tras el tratamiento.
Una revisión del año pasado publicada en enero del 2023 por Marcin Ożarowski et al. (Molecules. 2023 Jan; 28) en enfermedades respiratorias, evaluando todos aquellos artículos científicos publicados al respecto, en total se revisaron 228, llegaron a la conclusión de que el propóleo tiene algunos mecanismos que lo hacían efectivo contra diversos virus respiratorios y en concreto en el SARS-CoV-2 causante de la epidemia de la covid-19; al parecer actuaría sobre la proteína del pico S1 y la proteína ACE-2, y con ello podría ayudar a reducir la replicación del virus y disminuir la síntesis de la transcripción del ARN del mismo. Al tiempo que serían eficaces en la hiperglucemia inducida por el virus covid-19.
Serían estos algunos datos, argumentos, que reforzarían la eficacia de esta sustancia y con ello ayudarían al tratamiento de esta enfermedad u otra enfermedad respiratoria; pero, que no sustituiría el tratamiento habitual instaurado por el médico.
Cierto que, al tener efectos sinérgicos, podría ayudar a reducir las dosis de los mismos; de ahí que como siempre aconsejamos, consulte a su médico antes de automedicarse.