Quien se define como «Llicenciat en Dret i Llicenciat en Filosofia; Jurista Administració Pública i Professor Associat Dret Públic UIB» es una voz autorizada en la izquierda menorquina. Por ello su advertencia, desde el conocimiento y la aplicación de las leyes, normas y reglamentos que no se podrán vulnerar, inquieta tanto como aquieta a quienes estaban sobreactuando. Martínez sosiega los ánimos de Més y el GOB, cuyas jubilosas declaraciones se encadenaban sin solución de continuidad el jueves por la mañana, sin saber dónde empezaban unas y acababan otras, porque «s'operació havia anat bé». Pero ahora empieza lo más difícil.
Sin prisas ni nervios
La sonora amonestación del exconseller de Cultura y exsecretario de Organización del PSM cierra los alegres fastos, besos y abrazos incluidos, en la Sala de la Cariátides del Parlament al ser aprobada la ley, pero sin acuerdo político.
Porque hoy Mateu Martínez, técnico en Ordenación del Territorio en el Consell, con acreditada trayectoria política y profesional, forma parte de la Comisión técnica asesora en materia de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la institución insular. Sabe que no se puede confundir potencia con acto y que la mera voluntad política no constituye garantía ni justificación.
La Ley Reserva de Biosfera aún ha de salir publicada en el BOPIB para que empiece a adquirir eficacia. Su articulado se deberá concretar, desarrollar y gestionar, lo que exige tiempo, informes y dictámenes para evitar incoherencias y contradicciones. Y cada nueva competencia a la que aspira el Consell deberá ser objeto de negociación y acuerdo con el Govern, según determina la arquitectura institucional de la Comunidad Autónoma.
Mientras el doctor Martínez receta «tranquilidad y seriedad», la presidenta Susana Mora, en esta misma línea, añade que cuestiones como limitar la entrada de vehículos en Menorca se afrontarán «sin prisas y sin nervios».
Martínez, que en octubre de 2006 renunció como conseller del PSM por sus públicas discrepancias con Tuni Allès y fue relevado por Nel Martí, ya manifestó en abril de 2017, cuando Més per Menorca se marchó del Govern Armengol por el caso Contratos: «salir del Govern es, seguramente, lo que el cuerpo pide, pero significa asumir un relato distorsionado que alguien interesadamente quiere imponer». Martínez dijo que «la gente quiere que los partidos solucionen sus problemas, y eso pasa por gobernar, aunque signifique tragarse muchos sapos».
Edificios en el campo
La aprobación de la Ley de la Reserva, que ahora inicia su camino de definición, coincide con las declaraciones del arquitecto Luis Laplace, que ha diseñado la recuperación del ‘edificio Lángara' en la Illa del Rei para transformarlo en la galería de Hauser & Wirth en Menorca. Una actuación que ha merecido el premio Wallpaper al mejor destino de arte, plenamente integrada en el enclave de la isla dentro del puerto de Maó.
Laplace, que también llevó a cabo la renovación del caserío del museo Chillida Leku, en Hernani, conoce bien el ritmo de nuestra Isla, porque aquí reside durante varias temporadas del año. Y su vivienda menorquina es una antigua formatgeria.
Declara Laplace que «es una lástima que muchos edificios del campo de Menorca no puedan restaurarse, buscando otros usos. Es un ‘crimen' permitir que desaparezcan porque son parte de la cultura de la Isla».
El ‘arquitecto invisible', que desde el respeto a la arquitectura original de edificios en desuso les da nuevas oportunidades, no entiende que antiguas construcciones en el campo menorquín, como bouers, sales de munyir y formatgeries topen con prohibiciones y restricciones normativas, léase PTI, para su recuperación, aunque sea con usos distintos al agrícola-ganadero. La protección ha de implicar evitar el abandono y destrucción del patrimonio rural, de la misma manera que los voluntarios liderados por Luis Alejandre han salvado de la devastación el hospital militar de la Illa del Rei, hoy con nuevos usos.
La demanda
El Consell y el Ayuntamiento de Sant Lluís han desestimado los recursos ordinarios de la empresa promotora del parque acuático de Biniancolla, tanto en lo relativo a mantener la licencia de construcción como la reclamación patrimonial. Son acuerdos fruto de la animadversión política contra estas instalaciones.
Ahora empieza el tiempo para presentar la demanda, que ya está redactada por los abogados de la promotora. Y quien determinará, porque tiene la última palabra, si procede la indemnización, será un juzgado. La decisión final se adoptará en sede judicial, no en una sala de plenos.