El libro nos descubre la existencia de un grupo de esforzadas mujeres del norte de España que emigraban anualmente al país vecino cruzando a pie los Pirineos para producir alpargatas, en un viaje de cuatro días lleno de peligros, frío e incomodidades.
Las llamaban “las golondrinas” porque su emigración coincidía con la de estas aves de hábitos migratorios. Vestidas de negro se iban en octubre y volvían en mayo o junio. Vivían a caballo entre dos países. Eran personas humildes, acostumbradas al peso de la vida rural, que iban a conocer por primera vez algunos “adelantos” de la vida moderna.
Lla autora describe los contrastes entre los pueblos de Francia, más adelantada social y materialmente, y España. Profundiza en la psicología de unas mujeres marcadas por la estricta moral católica de la época y la ignorancia, que trabajaban por siete o diez céntimos la hora, y a quienes sus madres les daban instrucciones precisas para no meterse en líos con los hombres. El principal lío, claro está, era quedarse embarazada siendo soltera.
El relato empieza en 1912. No falta mucho pues para que Esperanza Escaín, nuestra heroína, sufra en su propia piel los efectos de la Primera Guerra Mundial.
Pero esa terrible guerra no es el único gran conflicto que atraviesa el libro porque La frontera lleva su nombre es una novela única pero bien podrían ser tres. En efecto, la acción va saltando en capítulos alternos desde el pasado hasta el presente donde conoceremos a Esperanza Ayerra, la bisnieta de Esperanza Escaín, una joven traductora que decide lanzarse a escribir una novela sobre su familia. Mientras prepara su boda con un hombre francés, irá descubriendo algunos secretos que su madre nunca le quiso contar. Esa es pues la segunda novela.
Y la tercera es la apasionante historia de otra Esperanza, abuela de la traductora y a su vez hija de la primera protagonista de esta saga.
Para su desgracia a esta Esperanza, también conocida como Perla o la Golondrina” le tocará vivir una época de nuestra historia trágica, pero narrativamente apasionante. Pese a vivir en el sur de Francia padecerá la desastrosa Guerra civil española y al terminar esta la invasión nazi en Francia y la Segunda Guerra Mundial.
El libro tiene muchos hilos y su tejedora ha sabido entrelazarlos con habilidad y arte como si de una alpargata artesana se tratara. Uno de sus aciertos es haber logrado que el interés de la acción vaya en ascenso y se incremente al final. Además, es un viaje que va haciendo escalas en diferentes localidades y épocas, lo que exige un formidable esfuerzo de ambientación y documentación del que Moreno, periodista y autora de otras tres novelas, ha sorteado de forma sobresaliente.
La frontera lleva su nombre
Elena Moreno Scheredre
Editorial Grijalbo
512 páginas
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.