El coche explotó cuando estaba aparcado en punto de recarga próximo a la sala multifuncional de Es Mercadal

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El incendio este viernes de un coche eléctrico en Es Mercadal mientras estaba cargando la batería ha abierto el debate sobre la ubicación de los puntos de recarga en caso de fuego.

«Hemos de comenzar a acostumbrarnos a convivir con este tipo de riesgos», explicaba Joan Rosselló, jefe de Servicio Insular de Prevención y Extinción de Incendios del Consell.

Cuando un vehículo eléctrico está en situación de carga existe más riesgo de que se pueda provocar algún percance. «Las baterías de litio son limitadas, y con esta clase de coches hay que cambiar el chip de la percepción que tenemos respecto a los de siempre». Se refiere a que un vehículo eléctrico sufre obsolescencia por limitación de materiales antes que los de gasolina. «A los 5 o 6 años el desgaste es muy acusado, y en unos dos años ya han alcanzado la mitad de su vida». Añade, al respecto, que «las recargas rápidas deterioran mucho las baterías, y el problema es que siempre hay tensión porque aunque estén desconectados continúan consumiendo electricidad».

Por todo ello, Rosselló explicó que desde el Servicio Insular están trabajando en unas ordenanzas para proponerlas a todos los municipios de la Isla, según criterios técnicos y de seguridad.

Estas incluyen que no se permita la instalación de puntos de recarga en garajes subterráneos, por el peligro que representa para que puedan intervenir los bomberos y el de propagación del fuego, salvo que sea en lugares más accesibles. Se trata de regular este tipo de puntos, localizados en espacios donde pueda haber separaciones con pequeños muros y otros distribuidores de recarga, «aunque aún nos queda mucho por hacer».