La trama la destapó la Guardia Civil en marzo de 2010 a partir de las denuncias de los afectados.

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Cuatro de los cinco acusados de estafa continuada a pequeños y mediados empresarios a través de un chiringuito financiero con sede en Las Rozas (Madrid) han sido condenados por un tribunal de la sección 17 de la Audiencia Provincial de Madrid, entre ellos un menorquín tras el juicio concluido el pasado 1 de abril.

F.R.C., mahonés de 48 años de edad, era uno de los miembros más relevantes de la empresa denominada Siempre Comisiones Bajas SL y ha sido condenado a 21 meses de prisión, que no cumplirá al ser la pena inferior a dos años, pero habrá de hacer frente a la responsabilidad civil que le corresponde por la estafa total de 218.000 euros, que en su caso supondrá el pago de 90.000 euros dado su papel relevante en la trama. El resto de la indemnización hasta completar la suma estafada la afrontarán los otros tres integrantes de la sociedad que han sido condenados.

Ministerio fiscal y acusación particular pactaron un acuerdo para rebajar la condena de 3 años y medio, y 6 años y 6 meses, respectivamente, que solicitaban en sus escritos, después de que cuatro de los cinco acusados admitiesen su culpa aunque uno de ellos defendió que solo ejercía como teleoperador para captar clientes. El tribunal determinó la absolución de uno de los cinco inculpados al no reflejarse su participación en el escrito. El fiscal había retirado finalmente la acusación a este imputado.

La acusación particular añadía al delito de estafa el de apropiación indebida, del que todos han sido absueltos. También ha tenido en cuenta el tribunal las dilaciones indebidas puesto que los hechos denunciados ocurrieron entre 2007 y 2008.

Los magistrados consideran probado que los cuatro condenados estafaron a siete pequeños y medianos empresarios en diferentes cantidades, entre 7.000 y 72.000 euros. Constituyeron la empresa de inversiones Siempre Comisiones bajas SL en 2006, de la que figuraba como administrador el menorquín. Todos aparentaron ser expertos en asesoramiento financiero e inmobiliario para captar clientes empresarios de quienes se ganaban su confianza para que les entregaran cantidades que no reinvertían sino que se apropiaban de ellas y posteriormente desaparecían hasta que fueron denunciados y detenidos por la Guardia Civil.

Los cinco acusados, J.A.F.G, A.A.B., S.G.P y A.G.M., junto al citado menorquín, captaban clientes a través de un servicio de telemarketing. Según la sentencia el menorquín, F.R.C., ocupaba un papel relevante en la empresa, era el único autorizado por la sociedad para retirar fondos. Su condena ha sido la segunda más elevada tras la de J.A.F.G., castigado con 2 años de prisión. Los cuatro condenados deberán pagar diversas multas, en el caso del mahonés, 6 meses a 4 euros diarios.