Varios de los robos fueron en vivendas de la urbanización de Torre-solí, en Alaior. | Javier Coll

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Ya son tres los detenidos por la Guardia Civil por la oleada cometidos en chalés de Menorca. El último arresto tuvo lugar el pasado martes. Se trata de un hombre de 21 años, por participar, presuntamente, en las tareas de distribución y venta del material robado.

La Policía Judicial de la Guardia Civil en Menorca detuvo el pasado viernes a un joven de 19 años de edad, de nacionalidad española, al que se le imputan 13 robos en viviendas vacacionales de las urbanizaciones de Torre-solí, en Alaior, Arenal d'En Castell, Addaia y Son Parc, en Es Mercadal, y en la misma ciudad de Maó donde residía con anterioridad. El material recuperado, no obstante, electrodomésticos, bicicletas un patín eléctrico y numerosas herramientas, permite establecer que el número de hurtos realizados desde finales de septiembre hasta el mes de enero está situado en torno a los 25 robos.

Parte de ese género intervenido no ha sido denunciado, en muchos casos porque los propietarios de las viviendas todavía no han advertido el robo al hallarse fuera de la Isla. El material se encuentra en depósito en el cuartel de la Benemérita en la carretera de Sant Lluís, a la espera de que sus legítimos propietarios lo reclamen.

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Junto al joven, que fue detenido en un apartamento de Son Parc donde residía como ‘okupa', los agentes apresaron más tarde a una chica de 21 años, relacionada con él, también española. Y el martes detuvieron a una tercera persona implicada.

La investigación que arranca desde finales de septiembre permanece abierta por lo que la Guardia Civil podría realizar nuevas detenciones, especialmente de personas acusadas del delito de receptación por haber adquirido los electrodomésticos robados para su propio uso o para revenderlos.

En los últimos meses los agentes de la policía judicial detectaron un aumento de hurtos en chalés aislados de esas urbanizaciones a los que accedían rompiendo los cristales de alguna puerta o ventana. Al menos ocho de ellos se registraron en Torre-solí entre la primera y la segunda semana de enero. La Guardia Civil montó un dispositivo y realizó varios seguimientos hasta dar con un joven que se dedicaba a vender objetos de segunda mano en diversos establecimientos de Menorca. Las pesquisas llevaron la investigación hasta el domicilio en el que residía como ‘okupa' en Son Parc. En su interior los guardias encontraron objetos procedentes de los robos que todavía no había podido vender.