El finado, que posee nacionalidad británica y australiana aunque residía con su mujer española en la Comunidad de Asturias, sufrió una parada cardiorespiratoria minutos después de haberse lanzado al agua para nadar cuando navegaba junto a su mujer y unos amigos en una embarcación con la que realizaban una excursión por algunas calas de la costa norte menorquina.
Fueron los propios ocupantes de la embarcación los que dieron el aviso al servicio de Emergencias 112 al ver que el hombre, de 74 años de edad, no se movía dentro del agua. El suceso ocurrió cerca de las 12 del mediodía.
A pesar de los intentos de reanimación que le practicaron los servicios sanitarios en la playa, donde acudió una ambulancia de unidad básica y otra avanzada, la parada cardiorespiratoria resultó irreversible y nada se pudo hacer por salvar su vida.
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