Imagen interior de la planta incendiada donde se advierten electrodomésticos y parte de la cubierta del techo desplomada | B.B.

TW
5

La reconstrucción de la planta de tratamientos de residuos voluminosos (TIV), que ardió este lunes poco antes de las 9 de la noche, está pendiente de la cobertura que ofrezca la compañía aseguradora, Plus Ultra, contratada por Caritas Diocesana. La póliza contempla tanto la opción de hacerse cargo del levantamiento de la nave como de abonar el peritaje que determine la aseguradora.

El aspecto exterior del recinto 12 horas después del siniestro ofrecía la imagen desoladora del paso de las llamas. Aunque el fuego se dio por controlado a las 4 de la madrugada, no se dará por extinguido hasta la mañana de este miércoles. Un retén de la Policía Nacional debía vigilar toda la noche cualquier nuevo brote. Los responsables de Caritas aguardan este miércoles a poder entrar en la nave de 2.400 metros cuadrados incendiada, para evaluar los daños. La entidad benéfica de la Iglesia ha decidido, de momento, que la plantilla de 12 trabajadores en riesgo de exclusión social agote su periodo de vacaciones hasta que se aclaren las causas y tome decisiones.

El recinto contaba con cámaras de seguridad, tanto interiores como exteriores, aunque Caritas no pudo precisar si el registro de las imágenes tiene un soporte externo o interno. En todo caso, el jefe de bomberos, Joan Gorrías, confirmó que no se puede descartar ninguna hipótesis, incluida la de la intencionalidad del incendio.

Noticias relacionadas

La Policía Judicial del Cuerpo Nacional inició este martes por la mañana el primer reconocimiento visual aunque no pudo acceder al interior de la nave. Tanto sus conclusiones como las de los propios bomberos, junto a los investigadores de la aseguradora Plus Ultra serán claves para el futuro de la operación que se iba a presentar el martes mismo. Govern balear, con una aportación de 500.000 euros, y el Consorcio de Residuos debían anunciar el acuerdo final por el que se hacían cargo de la planta, cuyo coste fue de 2,7 millones de euros. La hipoteca que soporta la entidad diocesana sobre la instalación alcanza 1,8 millones de euros, que pretendía anular con su venta.

Solo parte de la planta baja del ala más alejada del almacén, donde están los vestuarios y las dependencias de los empleados, sería recuperable. El resto, a falta de que los técnicos lo confirmen, deberá ser demolido por siniestro total.

En el interior de la nave apenas había residuos en la tarde del lunes, salvo los de aparatos eléctricos y electrodomésticos. De hecho los residuos voluminosos ya no se tratan en esta planta desde que saliera a concurso público la red de deixalleries que ganó otra empresa insular a un precio muy inferior al de salida, lo que limitó el trabajo de la planta TIV a los RAEE.

En el interior de la planta cuando se produjo el incendio había dos camiones, uno grande y otro pequeño, una trituradora, y otras tres máquinas para el traslado del material, además de electrodomésticos para reciclar.