«Llevo 17 años viviendo en la Isla y antes llevaba una década haciendo temporada y puedo afirmar que el puerto de Maó está en declive». Lo explica Lucas Santos, empresario madrileño que ofrece en estas páginas el último ejemplo del problema. Anuncia con tristeza y resignación que cuando termine esta temporada cerrará para siempre las puertas de Mestre d’Aixa, restaurante que ha regentado desde hace diez años en el Moll de Llevant. No le salen las cuentas.
Apunta a varios factores. «Aquí solo llenas del 15 de julio al 28 de agosto, digan lo que digan la estacionalidad es brutal». Relata cómo residentes que son clientes habituales han dejado de bajar a los muelles. Ha caído su poder adquisitivo, pero hay otro impedimento, la falta de posibilidades de aparcar: «Hemos notado una decadencia creciente desde que se dejó un solo sentido a la circulación y se eliminaron aparcamientos», algo que frena la llegada de comensales, sobre todo personas mayores, fuera de temporada, denuncia.
Los altos costes –laborales, fiscales, de los alquileres– asegura que han reducido los márgenes del negocio a límites inasumibles. Su caso no es el único. Él mismo señala a otros locales que cerraron y no han vuelto a abrir, que se traspasan, cuyos propietarios no encuentran empresarios dispuestos a aventurarse con un nuevo negocio en el puerto. A pocos metros se levanta un enorme local sin actividad, el que fuera el Way, reabierto como Mestizo, una cadena de éxito en otros lugares del mundo que no ha logrado echar raíces en el puerto.
En los mismos muelles hay hasta media docena de locales de restauración –también bares de copas– que se venden, se alquilan o se traspasan con anuncios que llevan tiempo en diversos portales inmobiliarios. Algunos de ellos son establecimientos emblemáticos como La Minerva, que otrora fue un negocio de éxito y que todavía no ha encontrado a nadie que se anime a afrontar el reto de reflotarlo. También están a disposición de potenciales interesados establecimientos como el de comida india Rainbow, S’Arpó, o la pizzería A Casa Mia.
Todos ellos se anuncian en los portales llamando la atención sobre su «inigualable ubicación», sus «incomparables vistas» o su cercanía a las aguas del puerto. Los precios del alquiler son variados, se pueden mover entre los 2.500 euros al mes de los locales más pequeños a los 13.000 euros de los más grandes. En el tema de los alquileres encontramos puntos de vista enfrentados. Los hay, como Santos, que considera que se están pidiendo precios de otros lugares como Mallorca o Eivissa cuando la rentabilidad no es la misma en esas islas. Otros, como José Pons, CEO de la inmobiliaria Bonnin Sanso, considera que no se puede atribuir al precio de los alquileres los problemas de supervivencia de los restaurantes.
Los problemas en el sector no son exclusivos del puerto de Maó –aunque quizá se hagan allí más llamativos–, vienen denunciándolos de un tiempo a esta parte las asociaciones que agrupan al sector. Cada vez es más difícil mantener locales abiertos en invierno y los costes de personal, también las dificultades para encontrarlo cuando más se necesita, hacen cada vez más complicada la aventura de la restauración.
El apunte
Restaurante Mestizo, la última gran apuesta gastronómica que naufraga en la zona
11 comentarios
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Los cambios en la circulación que se hicieron en el puerto son un auténtico desastre. Empezando por el hecho de que el trozo donde están la mayor parte de negocios (corea a costa reynes) es de sentido único, que una vez llegas a la cuesta de corea ya no puedes girar y tienes que cruzar todo Mahón para poder entrar en el puerto otra vez, que apenas hay sitio para aparcar, que encima todo es zona azul, que con el tiempo ya nadie respeta los puntos de carga y descarga y aparca donde le da la gana, y que circular por el puerto es todo menos agradable por culpa de los innumerables badenes que se instalaron para que los coches redujeran la velocidad. La solución sería hacerlo bien, cerrar el tráfico entre costa de ses voltes y cuesta de corea, quitar el muro que separa peatones de calzada y crear un paseo ancho y con adoquines solo para peatones, y crear un parking grande en toda la zona desde la antigua estación marítima hasta ses voltes. Solo entonces el puerto cobrará vida y la gente bajará a pasear. Ahora no es ni una cosa ni la otra: los peatones tienen poco espacio para pasear, y los coches circulan en un único sentido, sin sitio para aparcar y ocupando todo el espacio disponible del paseo.
Según el Dios hostelero que escribe por aquí no cerrará nadie, simplemente subirán los precios y ya está. JAJAJA
Es el mercado amigo , mientras las cosas iban viento en popa y ganaban dinero con los turistas durante la temporada , no se preocupaban del cliente local . Ni se preocupaban de abrir en invierno. Los números salían y para que vamos a trabajar en invierno , mejor cerramos y nos vamos . Otros se han molestado en abrir en invierno, seguramente el primer y segundo invierno que hicieron no ganaron nada incluso es posible que perdieran dinero , pero la gente ha visto que están ahí y que están ahí para todo el mundo que quiera ir , turista o residente ,como un conocido restaurante de comida asiática del puerto y resulta que cada vez que voy esta lleno ,independientemente de que sea verano o inverno. Como decia Sabina , "Ahora es demasiado tarde princesa"
Que suban los impuestos y alquileres y se llenara!, ah, y los cafes a 4€
Ahí lo habéis dicho todo.....falta de cliente local!!! A nosotros también hay que cuidarnos el cliente local es todo el año y merecemos unos servicios asequibles . Las subidas desorbitadas nos lo hacen imposible. Basarlo todo en gente con mayor poder adquisitivo lleva consecuencias. Una pena
No se trata solo de comer fuera, sino de sentir que la visita ha valido la pena. Factores como el servicio, el ambiente y la atención al detalle juegan un papel clave, pero hoy en día muchos locales parecen centrarse más en la rotación de mesas que en ofrecer algo memorable.
1 - Saturación de restaurantes y hoteles. 2 - Jornadas esclavizantes y sueldo miserable. 3 - Vivienda imposible (Se te come el sueldo). 4 - Falta de soporte en otros sectores (Innovación tecnologica, agricultura, arte/arte digital etc...). 5 - Juventud cansada de trabajos convencionales, (lo cual es normal, con las alternativas que hay hoy en día). A ver si os enteráis que estamos en 2025, o pretendéis que la economía de isla se sustente a base de tapas y cañitas. Os guste o no, los tiempos y el mercado cambian, y los que no se adaptan....; os lo dejo a vuestra imaginación.
Y de quien es la culpa que los clientes locales no vayamos en invierno?????pues eso ...
bonas. si ademas le añades que tienes que dejar el coche a las afueras de ya no del puerto solo sino de mahon. y pegarte una caminata se te pasa ir al puerto. cuando autoridad portuaria empezo a quitar aparcamientos empezo el declive de todo el comercio
Precios abusivos, Esa es la cuestion.