Aunque no muchos pasajeros leen el desglose de los precios que pagan por volar, todos pagan las tasas aeroportuarias con el precio final de los billetes. Es la principal fuente de financiación de AENA, el gestor de los aeropuertos nacionales. | Gemma Andreu

TW
10

Inmersos en el eterno debate sobre el precio de los vuelos de conexión con la Península, y acostumbrados a centrar la mirada en la política tarifaria de las compañías aéreas, resulta revelador fijarse en el impacto que tienen las tasas aeroportuarias de AENA –cobradas a los pasajeros a través de las aerolíneas– en el precio final de los billetes. En los trayectos de bajo coste los viajeros terminan pagando más dinero al gestor aeroportuario por el uso de sus instalaciones que a las compañías por el vuelo en sí. No es una exageración, todo lo contrario: en algunos casos las tasas llegan a representar el 95 por ciento del precio final del billete.

Para entender esta aparente sinrazón hay que tener en cuenta las elevadas tasas aeroportuarias que se cobran por usar los dos aeropuertos peninsulares más demandados por los menorquines, Madrid y Barcelona. Una escapada a Barcelona con ida el jueves 16 de enero por la noche (víspera de Sant Antoni) y regreso el lunes 20 a primera hora, las franjas horarias más económicas en esas fechas, salía ayer por 34 euros. El 75 por ciento del precio final del billete de ida y vuelta, 25,4 euros, son tasas.

Vayamos al detalle de la factura. La ida de Menorca a Barcelona sale por un precio por pasajero (la tarifa básica sin ningún extra) de 14,99 euros, de los que 7,79 euros es la tarifa de la compañía –en este caso Vueling– y 7,20 las tasas. En el trayecto de vuelta, en el que se aplican las tasas del aeropuerto de Barcelona, el coste del billete asciende a 19 euros, 18,21 de los cuales (casi el 96 por ciento) corresponden a las tasas. De hecho la tarifa de la compañía es de 0,79 euros.

Nótese que no se ha hecho referencia a si los precios son con descuento de residente o sin descuento. En los billetes más económicos –los más buscados por los viajeros– la bonificación del 75 por ciento por residir en Balears resulta prácticamente irrelevante porque se aplica sobre la tarifa base, no sobre las tasas. En el caso del vuelo de regreso a Barcelona que hemos visto, sería aplicar el 75 por ciento a 0,79 euros. No vale la pena ni sacar la calculadora.

Billetes caros

La situación evidentemente cambia cuando el precio de los billetes sube. Veamos otro ejemplo. La misma escapada pero viajando en las horas más demandadas, el día 17 de enero a mediodía en dirección a Barcelona con la vuelta el domingo por la tarde a Menorca. El precio del mismo servicio en frecuencias diferentes se eleva hasta los 415 euros (sin descuento (135 la ida y 280 la vuelta). En este caso las tasas solo representan el ocho por ciento del precio final y sí resulta trascendente el descuento de residente, que, aplicado siempre al precio de la tarifa base, baja el coste final de los billetes en este caso hasta 128,7 euros.

Ocurre algo similar en la ruta entre Menorca y Madrid. En invierno, cuando está regida por la declaración de Obligación de Servicio Público (OSP), los precios más baratos de ida a la capital rondan los 66 euros y las tasas suponen aproximadamente el 11 por ciento. En el caso de la vuelta, cuando se aplican las tasas del aeropuerto de Madrid, el precio final se eleva hasta los 78 euros y el 25 por ciento son tasas. En cambio, cuando a partir del mes de mayo la conexión se liberaliza, entran más compañías en competencia y se pueden encontrar ofertas económicas, las tasas vuelven a ganar peso. Un viaje con Ryanair de Madrid a Menorca el 11 de mayo sale por 38,34 euros y más de la mitad, 19,59 euros, son «impuestos estatales» como llama a las tasas la aerolínea irlandesa, la que con más virulencia viene denunciando el impacto de estos aranceles, principal fuente de financiación de AENA, con los que sufraga el personal, el mantenimiento y las inversiones.

El apunte

Aterrizaje, pasajeros, seguridad, uso de ‘fingers’, repostaje... Las principales tasas

Aterrizaje, estacionamiento, seguridad, aproximación, carga, uso de pasarelas, suministro de combustible... Son algunas de las tasas que cobra AENA y que las compañías repercuten en el precio del billete. La más onerosa es la de pasajeros (por el uso de las instalaciones) y seguridad (por los controles), que en el caso de vuelos con origen Madrid es de casi 14 euros por billete y en el de Barcelona de casi 13 euros. AENA se financia con estas tasas y también con la explotación comercial de locales, la venta de soportes publicitarios y por otros precios públicos como los aparcamientos y el uso de salas VIP. Llega a facturar por el uso del aeropuerto para hacer encuestas (613 euros por encuestador al día).