La principal novedad que aporta y se hace efectiva para la temporada de 2025 —que arranca el 1 de abril y termina el 31 de agosto para la langosta roja, mientras que la campaña de la langosta blanca inicia el 1 de junio y concluye el 30 de noviembre— es la reducción de 48 a 24 horas el tiempo de calado de los trasmallos en el mar, equiparándose así con la normativa que rige desde 2023 en las aguas exteriores del archipiélago.
«La langosta básicamente se pesca en aguas exteriores. En las interiores prácticamente solo se pescaría en las bahías de Alcúdia, Pollença y Palma. Nada más», explica el director general de Pesca, Antonio María Grau, refiriéndose únicamente a las cuencas mallorquinas.
Posible impacto en la Isla
No obstante, también reconoce que las aguas interiores del sur de Menorca, que se extienden desde Cap d’Artrutx hasta la Illa de l’Aire, son un importante caladero de langostas. Asimismo, Grau señala directamente a la reserva marina del norte de la Isla como el caladero más destacado para los pescaderos menorquines a la hora de capturar ejemplares de esta especie. «La reserva del norte, que es una parte muy importante de las aguas exteriores, ya estaba sometida al límite de 24 horas», recuerda el director general de Pesca.
Aunque a Grau le conste que la campaña de este año en la Isla «ha ido muy bien», lo cierto es que la primera reducción registrada en aguas exteriores hace un año ya supuso una caída del 18 por ciento en las capturas de langosta en la Isla, algo que las cofradías de pescadores notaron «muchísimo», tal y como indicaban en su momento. Grau justifica esta nueva restricción en evitar las capturas accidentales de otras especies como cap-roigs o galls, mismo argumento usado por el Govern hace un año.
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