Las zonas húmedas e indundadas de la Isla son el escenario ideal para la cría de los mosquitos.  | Archivo

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Los mosquitos están haciendo estos días su particular agosto en Menorca. Mientras la Isla sigue lamiéndose las heridas por el paso del temporal del pasado 15 de agosto, haciendo inventario de daños y poniendo empeño y recursos para normalizar lo antes posible la situación, estos molestos insectos voladores han encontrado en la Isla un auténtico paraíso para su reproducción. La gran cantidad de agua estancada tras las intensas lluvias y el calor reinante ha generado literalmente el caldo de cultivo perfecto para convertirse en una plaga en muchas zonas de la Isla.

«Si ya son capaces de criar en un poquito de agua, imagina lo que pasa en las grandes zonas que se inundaron» explican desde la empresa de tratamiento de plagas Tracme, desde donde tienen claro la causa efecto de la DANA y la aparición de una gran cantidad de mosquitos, que está llamando la atención de algunos visitantes habituales. «Volviendo de Trebalúger a Cala Mitjana era una locura, había verdaderas nubes de mosquitos, te dabas un manotazo en el brazo y matabas tres o cuatro», explica una pareja de visitantes, que veranea cada agosto en la Isla y no recuerdan nada igual.

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Lo mismo ocurre en otros puntos de la Isla, sobre todo cercanas a zonas húmedas como las playas del norte de Es Mercadal o del sur de Alaior, los dos municipios en los que más se cebó el temporal y que esperan la declaración de zona catastrófica. Nunca llueve a gusto de todos. Mientras la DANA convierte dos municipios en zonas catastróficas, el mismo fenómeno meteorológico es agua de mayo para los mosquitos, cuyas hembras tienen la capacidad de criar en solo un centímetro de agua y puede poner cada una hasta cien larvas. Entre siete y diez días después el resultado es el que se está viviendo en la Isla en los últimos días: un auténtico ‘boom’ de mosquitos hambrientos.

«Estamos vendiendo un montón de repelentes y productos para paliar la picazón, han venido clientes con 30 y 40 picaduras», explican desde la farmacia de Cala en Porter, una de las zonas en que se ha acumulado agua estancada tras el temporal. No obstante, desde esta y otras farmacias explican que es habitual que a finales de agosto o principios de septiembre, con la llegada de las primeras lluvias tras un verano seco, cada año por estas fechas se produzca un repunte importante en el número de mosquitos tanto comunes, como tigre, que ya se ha extendido desde hace años por toda la geografía insular y que con su vuelo bajo, su especial voracidad y su pequeño tamaño es una auténtica pesadilla para muchos humanos. «Ya estamos preparados», explican desde la farmacia Pilar Barrau de Maó.

Enfermedades

La gran proliferación de mosquitos puede motivar preocupación entre la ciudadanía. No en vano, más allá del incordio que representan, los mosquitos pueden ser vectores de transmisión de múltiples enfermedades; la última que ha llegado a España por Andalucía, el llamado virus del Nilo. Aunque Balears está en alerta ante el riesgo de que llegue al Archipiélago, desde el    Servicio de Epidemiología de la Dirección General de Salud Pública del Govern lanzaban ayer un mensaje tranquilizador. No se ha registrado ningún caso en Balears y están «vigilantes y preparados».

El apunte

Cómo combatir los mosquitos: la clave está en la prevención

La prevención es el mejor aliado contra los mosquitos. Lo más importante es impedir que críen, sobre todo en zonas habitadas. Para ello hay que combatir el agua estancada, haciendo una revisión de posibles lugares de estancamiento como platos de macetas, regaderas, ceniceros, bebederos de animales, grifos, zonas de desagüe de aires acondicionados, sumideros de las terrazas y patios y canalizaciones de agua obstruidas, entre otros. Hay que tener en cuenta que, por ejemplo el mosquito tigre, tiene una área de vuelo reducida (entre 150    y 400 metros), por lo que su aparición es un indicador de que han criado cerca. El periodo de eclosión de las larvas es de entre siete y diez días.

El objetivo es interrumpir ese proceso. Evitar en lo posible la exposición al aire libre a primera hora de la mañana y última de la tarde, usar de ropa larga y holgada si no hay más remedio que estar en el exterior, así como mantener una correcta higiene personal y evitar perfumes son otras de las recomendaciones. También la aplicación de repelentes, pero no de cualquier repelente. La Organización Mundial de la Salud recomienda los productos que contienen DEET, icaridina o IR 3535. En casa hay que recurrir el uso de telas mosquiteras, ventiladores o aparatos de aire acondicionado.