Los docentes, la parte elemental para la correcta aplicación del Plan de Libre Elección de Lengua, muestran su oposición total a la iniciativa. Por tanto, esta carece del compromiso necesario para poder ser ejecutada | Josep Bagur Gomila

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Los centros de Educación Primaria e Infantil de Menorca rechazan frontalmente el Plan Piloto Voluntario de Libre Elección de Lengua. Sumando públicos y concertados, el 93 por ciento de los colegios desestima unirse a él. O lo que es lo mismo, 26 de los 28 centros de la Isla que imparten la etapa de Educación Primaria se oponen a la aplicación de la iniciativa impuesta por Vox al Partido Popular para facilitar la investidura de Marga Prohens como presidenta del Govern en su momento.

Estos datos se han obtenido a partir de la consulta efectuada por este diario a las 28 escuelas afectadas, de las cuales 20 han brindado una respuesta negativa, entre ellos las siete concertadas, y también a raíz de la encuesta realizada por el STEI intersindical a nivel autonómico entre todos los centros públicos. En esta última, 19 colegios públicos menorquines reafirmaban su rechazo al plan, mientras que tan solo dos estarían pendientes de conocer la decisión de sus respectivos claustros de profesores. Cruzando ambas consultas se obtienen los 26 ‘no’ y las dos dudas. En lo que se refiere al conjunto de los colegios públicos de Balears, 207 admitieron que no se adherirán a este programa voluntario, mientras que tan solo 14 todavía esperarían la resolución definitiva que dictaminen los claustros.

Las razones

La forma en la que se ha tomado la decisión varía entre los centros. Desde algunos en los que desde un principio ni se planteaban el Plan de Libre Elección de Lengua hasta los concertados, que dependían única y exclusivamente de lo que decidiesen sus respectivas entidades titulares del centro, pasando por aquellos públicos en los que la propuesta fue sometida a votación en el claustro de profesores. Incluso en algunos otros, la votación no fue tan siquiera necesaria por la unanimidad en el rechazo.

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Muchos de estos colegios coinciden en que no consideran necesaria la aplicación del plan y argumentan que el proyecto lingüístico diseñado por el propio centro está «cumpliendo con su labor» y «funciona sin ningún tipo de problema». Cabe recordar que el BOIB publicado hace prácticamente un mes indicaba que los centros debían presentar un proyecto en que se justificase «la oportunidad de participación» en el plan piloto. Este también debía incluir la situación del «contexto sociolingüístico» del centro y el «análisis de la competencia lingüística de los alumnos».

En lo que respecta a esto último, varios colegios han afirmado que las pruebas de evaluación demuestran que los alumnos tienen en la actualidad «mejor nivel en castellano que en catalán». Además, el castellano sería la lengua de uso habitual mayoritaria entre el alumnado. «Los docentes votamos no adherirnos. Hace quince años sí que podía hacer más falta el castellano, pero ahora mismo se da la situación contraria. En el patio oyes que los niños y niñas hablan más en castellano que en catalán», confiesa uno de los profesores de los centros consultados por «Es Diari». «Hemos revisado hasta seis veces nuestro proyecto lingüístico desde que lo implementásemos hace una década y nos hemos asegurado de que garantiza la enseñanza de catalán, castellano e inglés tanto en materias lingüísticas como no lingüísticas. Tenemos muy clara nuestra postura pedagógica y la adopción del plan piloto sería dar un paso atrás», justifican desde otra escuela.

Otro de los puntos más importantes y comentados ha sido «el carácter polémico» de la iniciativa. «No es una buena medida separar a los niños y niñas por lengua, sería como crear guetos», deslizan desde una escuela. Otro centro también asevera que sería una medida «problemática» que tendría más consecuencias perjudiciales que beneficiosas. «Es crear una polémica allí donde no la hay porque no existe ninguna necesidad de llevarlo a cabo», expresa la dirección de uno de los centros consultados.

El último punto que acabaría por dar un portazo al Plan Piloto Voluntario de Libre Elección de Lengua sería la previsión de los recursos materiales y humanos, además de acondicionar los espacios necesarios para desarrollarlo a cabo. Muchos centros afirman que se trata de algo imposible de adecuar en estos momentos.

Las claves
  1. Arma política

    La visión general de los diferentes centros y equipos directivos de la Isla se centra en que el Plan Piloto se limitaría a actuar como un «simple instrumento político» sin ningún fundamento educativo, considerando que los proyectos lingüísticos de cada centro garantizan una enseñanza igualitaria.

  2. Demandas inviables

    La alta carga de documentación a presentar, entre la que se incluye la disponibilidad de los «espacios necesarios» o la «adecuación de las «medidas organizativas y metodológicas» hacía imposible, a ojos de los docentes, la presentación del proyecto ideado en un plazo de 30 días naturales.